Como pastor, a lo largo de los años he tenido una buena cantidad de personas que se acercan a mí para saber si somos una iglesia de «cortejo» o una iglesia de «citas». La gente invariablemente me decía que su enfoque era «la manera bíblica». Con el tiempo me volví receloso de tales afirmaciones, dado que la Biblia no dice mucho sobre cómo encontrar una esposa, ¿o sí? Tal vez usted haya visto esta lista flotando en la red mundial, pero vale la pena revisarla porque hace un punto muy importante. Así que aquí está, 16 maneras de encontrar una esposa según la Biblia:
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Encuentra una atractiva prisionera de guerra, llévala a casa, aféitale la cabeza, córtale las uñas y dale ropa nueva. Entonces será tuya. (Deut. 21:11-13)
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«Agarra» a una virgen que no esté comprometida con otro hombre, y «conócela», pero después paga a su padre una suma de dinero. Entonces será tuya. (Deut. 22:28-29)
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Busca una prostituta y cásate con ella. (Oseas 1:1-3)
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Encuentra a un hombre con siete hijas, e impresiónalo abrevando su rebaño. -Moisés (Ex. 2:16-21)
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Compra una propiedad y consigue una mujer como parte del trato. – Booz (Rut 4:5-10)
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Ve a una fiesta y escóndete. Cuando las mujeres salgan a bailar, coge una y llévatela para que sea tu esposa. – Benjaminitas (Jueces 21:19-25)
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Haz que Dios te cree una esposa mientras duermes. Nota: esto te costará una costilla. – Adán (Génesis 2:19-24)
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Acepta trabajar siete años a cambio de la mano de una mujer. Es engañado para casarse con la mujer equivocada. Entonces trabaja otros siete años por la mujer con la que querías casarte en primer lugar. Así es. Catorce años de trabajo por una esposa. – Jacob (Gen. 29:15-30)
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Corta 200 prepucios de los enemigos de tu futuro suegro y consigue a su hija como esposa. – David (1 Sam. 18:27)
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Incluso si no hay nadie por ahí, simplemente pasea un poco y seguro que encuentras a alguien. – Caín (Gn. 4:16-17)
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Conviértete en el emperador de una enorme nación y organiza un concurso de belleza. – Jerjes o Asuero (Ester 2:3-4)
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Cuando veas a alguien que te gusta, ve a casa y dile a tus padres: «He visto a una mujer; ahora consíguemela». Si tus padres cuestionan tu decisión, simplemente di: «Consíguemela. Ella es la indicada para mí». – Sansón (Jueces 14:1-3)
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Mata a cualquier marido y toma a SU mujer. (Sin embargo, prepárate para perder cuatro hijos.) – David (2 Sam. 11)
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Espera a que tu hermano muera. Toma a su viuda. (No es sólo una buena idea, ¡es la ley!) – Onán y Booz (Deut. o Lev., ejemplo en Rut)
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No seas tan exigente. Compensa la calidad con la cantidad – Salomón (1 Reyes 11:1-3)
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¿Una esposa? – Pablo (1ª Corintios, capítulo 7)
Obviamente, esta lista fue escrita con humor, y algunas de estas «maneras» no son prescriptivas sino descriptivas de las maneras pecaminosas en que el pueblo de Dios se ha conducido en el pasado-no son de ninguna manera ejemplares. Pero esto demuestra un punto importante: la gente a menudo quiere que la Biblia diga ciertas cosas, como por ejemplo cómo encontrar un cónyuge y casarse, pero ignoran porciones de las Escrituras que no se ajustan a su paradigma. La Biblia tiene más que decir sobre los matrimonios concertados, por ejemplo, que sobre el «noviazgo» o las citas. Entonces, ¿cómo procedemos?
Tenemos que darnos cuenta de que la Biblia no habla de todos los temas que enfrentaremos en la vida. Sólo pregúntale a Salomón, quien tuvo que usar la sabiduría cuando las dos prostitutas vinieron a él diciendo que ambas eran madres de un hijo. Debemos seguir las cosas que Dios nos ha dado. En todas nuestras relaciones, tenemos la obligación de ejercer el fruto del Espíritu y no maltratar a nadie; esto es especialmente cierto para un futuro cónyuge. También tenemos el claro mandato bíblico de que un cristiano es libre de casarse con quien quiera, siempre y cuando su futura pareja esté «en el Señor» (1 Cor. 7.39). Pero al final, la elección de un cónyuge requiere sabiduría.
La Biblia no nos da un medio específico para encontrar cónyuges. Algunos podrían ser presentados por familiares o amigos. Algunos podrían cultivar una relación epistolar (o, como lo encontramos más comúnmente, el correo electrónico, o alguna forma de medios sociales). En algunas culturas, la idea de salir o cortejar está fuera de lugar. Una vez me encontré con uno de mis compañeros de oficina en la escuela de posgrado: era un cristiano que se estaba formando para el ministerio en Japón. Estaba leyendo atentamente un archivo; parecía un archivo de personal. Por curiosidad le pregunté qué estaba leyendo. Me dijo que era el expediente de una joven que le había enviado su padre. Su familia, a simple vista (salvo algunas fotos en el expediente), estaba organizando su matrimonio. Me quedé atónito, pero, sin embargo, me hizo consciente de que los cristianos piadosos no hacen todos las cosas de la misma manera (es decir, sólo porque sea americano y los cristianos lo hagan, no significa que sea bíblico o la única manera).
El punto doctrinal mayor aquí es que en la búsqueda de un cónyuge, debemos ser conscientes de dos cosas: (1) que somos conscientes de la voluntad revelada de Dios en la ley moral: no debemos violarla de palabra, pensamiento u obra; y (2) la libertad cristiana: donde Dios ha hablado, estamos obligados, pero donde no ha hablado somos libres. No estamos obligados por los mandamientos de los hombres. Esto significa que los cristianos piadosos pueden diferir en la forma en que viven sus vidas, pero no significa que uno es más santo que otro porque sale y no corteja.
También debemos notar que en su historia colectiva, la iglesia nunca ha abordado el tema en sus credos o confesiones sobre cómo encontrar un cónyuge. Tal vez esto debería decirnos que es una cuestión de libertad cristiana y que al final, debemos confiar en la gracia de Dios, la sabiduría, la oración y el consejo piadoso en lugar de hacer afirmaciones que la Biblia nunca ha hecho.
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