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Las puertas de garaje a veces parecen tener una mente propia, a menudo decidiendo cuándo -y cuánto- quieren abrirse o cerrarse. A veces la solución puede ser tan simple como reemplazar las baterías en el abridor, y otras veces una puerta quisquillosa puede ser el signo de un problema mayor. Aunque algunas reparaciones, como la sustitución de los muelles o la modificación del carril, sólo deben ser realizadas por un profesional, hay algunos trucos para solucionar los problemas que puede realizar por su cuenta antes de consultar a un experto. Aquí hay algunas maneras de combatir los problemas comunes de las puertas de garaje para mantener su hogar seguro y protegido.
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Despeje el camino
El desorden o las obstrucciones que bloquean el sensor son los primeros problemas que debe buscar si su puerta no se cierra o, en casos extremos, no se abre en absoluto. En primer lugar, compruebe las luces del sensor: Dependiendo de la marca de la puerta del garaje que tenga, una de las luces del sensor puede parpadear, atenuarse o apagarse por completo cuando se interrumpe el haz de luz.
Incluso si no parece haber nada en el camino, considere la posibilidad de dar a los ojos de los sensores una buena limpieza, ya que a menudo la suciedad, los residuos o incluso las arañas que se han instalado en casa pueden interrumpir el haz de luz e impedir que la puerta funcione.
Si la puerta sigue sin cerrarse, vuelva a comprobar que los sensores están alineados entre sí; si no lo están, dóblelos suavemente para restablecer una conexión clara y asegurar una salida limpia de su garaje.
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Ajuste los límites
Si ha comprobado los ojos de los sensores y la alineación y la puerta sigue sin funcionar correctamente, los límites de apertura y cierre podrían ser los culpables. Estos ajustes -también denominados límites de recorrido- indican al motor la distancia que debe recorrer la puerta antes de cerrarse por completo y ayudan a evitar que la puerta aplaste los objetos que encuentre en su camino.
Cuando los ajustes son demasiado elevados, la puerta percibe el suelo como un obstáculo y vuelve a abrirse inmediatamente después de cerrarse. La buena noticia es que esto puede ajustarse fácilmente con un destornillador y unas cuantas medidas.
Para obtener instrucciones específicas, consulte su manual o el sitio web del fabricante de la puerta para que pueda detener la locura esporádica de una vez por todas.
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Vuelve a ponerte en marcha
Mantener la puerta del garaje cerrada es importante para la seguridad del hogar, así que la vida puede volverse bastante estresante cuando esa puerta no parece mantenerse cerrada. En sus esfuerzos por conseguir que su casa vuelva a estar cerrada de forma segura, es posible que tenga que prestar atención al carril y a los rodillos de la puerta del garaje; un mantenimiento inadecuado puede hacer que estos componentes funcionen mal.
Arregle el problema limpiando primero los rodillos de metal con un cepillo de dientes para eliminar cualquier suciedad, y lubricándolos después con un producto sin base de silicona como el aceite de motor. (Si su puerta tiene rodillos de nylon, lubrique sólo los rodamientos). A continuación, limpie los rieles con un paño y aceite de frenos, eliminando cualquier acumulación que pueda estar impidiendo que la puerta funcione correctamente.
Si eso no funciona, es una buena idea consultar a un profesional antes de intentar cualquier reparación extensa por su cuenta.
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