Cáncer de hígado: síntomas, causas y tratamiento

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El cáncer de hígado es un tipo de tumor maligno que se origina en las células que componen el hígado, como los hepatocitos, los conductos biliares o los vasos sanguíneos, y suele ser bastante agresivo. Puede causar síntomas, que suelen aparecer en las fases más avanzadas de la enfermedad, e incluyen dolor en el abdomen, náuseas, pérdida de apetito, pérdida de peso y ojos amarillentos.

Las personas con grasa en el hígado, cirrosis hepática o que utilizan esteroides anabolizantes tienen un mayor riesgo de desarrollar este cáncer, que suele identificarse mediante un examen de imagen del abdomen, como una ecografía o una tomografía computarizada, capaz de detectar uno o más nódulos en el hígado.

El tratamiento se realiza con cirugía y quimioterapia, dependiendo del tamaño y la gravedad de cada caso, y las posibilidades de curación son mayores cuando el tumor se identifica precozmente, en estadios tempranos. Cuando ya no es posible lograr la curación del cáncer de hígado, el tiempo de supervivencia es de aproximadamente 5 años, pero esta cifra puede variar en función del grado de desarrollo de la enfermedad y de otras enfermedades del paciente.

Síntomas que pueden indicar cáncer

Los síntomas más comunes que pueden surgir en el cáncer de hígado, incluyen:

  1. Dolor de vientre, especialmente en el lado derecho del abdomen;
  2. Hinchazón del vientre;
  3. Pérdida de peso sin causa aparente;
  4. Pérdida de apetito;
  5. Fatiga excesiva;
  6. Piel y ojos amarillentos;
  7. Náuseas constantes.

Desgraciadamente, estos síntomas suelen aparecer cuando el cáncer ya está bien desarrollado, por lo que en la mayoría de los casos el cáncer de hígado puede descubrirse en una fase avanzada, lo que disminuye sus posibilidades de curación.

Por ello, cuando existen factores de riesgo, como el consumo excesivo de alcohol o una enfermedad hepática, es importante realizar visitas periódicas al hepatólogo para evaluar frecuentemente el hígado y observar los cambios que puedan aparecer.

Qué hacer en caso de sospecha

En los casos en los que aparezca alguno de estos síntomas, o haya muchos factores de riesgo, es aconsejable consultar con un hepatólogo para que haga pruebas diagnósticas, como ecografía de abdomen, TAC o resonancia magnética, para confirmar si hay algún cambio que pueda indicar la presencia de una mancha o nódulo sugestivo de un tumor.

Es importante recordar que no todo bulto o quiste en el hígado indica cáncer, y se debe esperar a que el médico analice sus características, y pueda concluir si hay riesgo o no. Si se identifican cambios sospechosos, el médico puede ordenar una biopsia de un trozo de hígado, para probar en el laboratorio si hay células cancerosas en el órgano. Entender cuándo un quiste en el hígado es peligroso.

Para los casos menos sospechosos, está indicado repetir las pruebas periódicamente, cada año o cada 3 años, según el caso, de forma que se pueda vigilar si hay crecimiento o desarrollo de nuevas características que puedan indicar cáncer.

Quién tiene más riesgo

Aunque cualquier persona puede desarrollar un cáncer de hígado, este tipo de cáncer es más frecuente en personas con:

  • Infección crónica por hepatitis B o hepatitis C;
  • Cirrosis;
  • Uso de esteroides anabólicos;
  • Diabetes;
  • Grasa en el hígado;
  • Consumo excesivo de alcohol.

Además, los casos de colitis ulcerosa o colangitis esclerosante de larga duración también pueden desarrollar cáncer de hígado con mayor facilidad.

Cómo se realiza el tratamiento

En casi todos los casos, el tratamiento del cáncer de hígado se realiza con cirugía para extirpar toda la zona afectada. Sin embargo, la quimioterapia o la radioterapia pueden ser necesarias antes de la cirugía para disminuir el tamaño del cáncer y facilitar su extirpación.

En los casos más graves, en los que el cáncer está muy desarrollado o se extiende a otros órganos, la quimioterapia y la radioterapia también pueden utilizarse sólo después de la cirugía para intentar eliminar las células cancerosas restantes.

Si existe otra enfermedad, como la cirrosis, la extirpación de parte del hígado puede ser más complicada, por lo que el médico puede recomendar un trasplante de hígado para intentar conseguir la curación. Más información sobre esta forma de tratamiento.

Cuáles son los tipos

El cáncer de hígado puede ser primario, es decir, cuando surge directamente en el hígado, o puede ser secundario, por metástasis o diseminación del cáncer desde otros órganos, como los pulmones, el estómago, el intestino o la mama, por ejemplo.

El tipo más común de cáncer primario de hígado es el hepatocarcinoma o carcinoma hepatocelular, que es también el más agresivo, y se origina en las principales células que componen el hígado, llamadas hepatocitos. Otro tumor primario frecuente es el colangiocarcinoma, que se origina en los conductos biliares. Más información sobre los síntomas y el tratamiento del cáncer de vías biliares.

Otros tipos de tumores más raros son el carcinoma hepático variante fibrolamelar, el angiosarcoma o el hepatoblastoma, por ejemplo.

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