La Tercera Ley de Newton establece: «A toda acción se opone siempre una reacción igual: o las acciones mutuas de dos cuerpos entre sí son siempre iguales, y dirigidas a partes contrarias.»
Según el Aula de Física: «Cuando te sientas en tu silla, tu cuerpo ejerce una fuerza hacia abajo sobre la silla y la silla ejerce una fuerza hacia arriba sobre tu cuerpo.
Hay dos fuerzas resultantes de esta interacción: una fuerza sobre la silla y una fuerza sobre tu cuerpo. Estas dos fuerzas se denominan fuerzas de acción y de reacción y son el objeto de la tercera ley del movimiento de Newton».
La afirmación se expresa más comúnmente de esta manera: Para cada acción, hay una reacción igual y opuesta.
Quiero que hagas el siguiente ejercicio con alguien. Dile que levante la mano. Sube tu mano y empieza a empujar su mano.
Hazlo más de una vez. Observa lo que ocurre. ¿Empujan hacia atrás? Si es así, esa es la Tercera Ley de Newton en acción.
Quizás te encuentres con alguna persona tonta que se quede parada y te deje empujar su mano por todas partes, pero lo más frecuente es que la gente empiece a devolver el empujón.
La Tercera Ley de Newton aplicada a tus relaciones
Ahora trata de tener ese principio en mente en tus relaciones. Entienda, no estoy argumentando que la Tercera Ley de Newton es algo que sucede en las relaciones como cuando se empuja una pared, pero le convendría pensar en ello de esa manera.
Por ejemplo, supongamos que usted está en una relación y el ex amante de su pareja comenzó a enviar mensajes de texto y a llamar a su pareja.
Si usted comienza a decirle a su pareja que tiene que dejar de hablar con el ex amante puede encontrar cierta resistencia.
Su pareja puede estar comprensiblemente molesto con usted dictando lo que él o ella puede o no puede hacer, y puede decirle que tome un largo paseo por un muelle corto.
Su pareja puede seguir hablando con su ex amante simplemente porque no le gustó que le diga que tiene que hacer algo.
Otro ejemplo es cuando usted critica a alguien. Si le dices a un amigo que su pareja no es buena y que debería romper con esa persona, puede que vuelvas a encontrar resistencia.
Cuando le dices a alguien lo que tiene que hacer, estás presionando a esa persona. Es probable que la persona se resista. ¿Por qué? ¡¡¡¡Porque usted está presionando!!!! Deja de presionar. Deja de intentar imponer tus ideas a la gente.
Cuando das consejos y críticas, incluso si pretenden ser constructivos, hay un mensaje muy implícito de que el receptor está equivocado. La gente no quiere que se piense que está equivocada o que es estúpida.
Ahora bien, tal vez sea mejor que escuchen tus consejos o tus críticas. La persona que se queda con un novio que siempre la insulta haría bien en escuchar tus ruegos para que se vaya, pero… desgraciadamente son lecciones que la gente debe aprender de verdad por sí misma.
Ciertamente si te piden consejo entonces siéntete libre de dar ese impresionante consejo que tienes. Pero hazlo de una manera amable.
Hazlo de una manera que muestre preocupación por su situación, que muestre que entiendes por lo que están pasando. Por ejemplo, da tu consejo de esta manera: ¿Has considerado esto? Puede que te interese considerar esto….
Entiende que el contexto es importante. Lo que estoy tratando de transmitir aquí es más útil en tus relaciones románticas, y en tus amistades. Ámbitos en los que los sentimientos de las personas son más importantes.
Si te encuentras en un entorno que fomenta la crítica, entonces quizá sea mejor una crítica contundente. Si alguien te dice que no lo endulces, entonces siéntete libre de pensar menos en los sentimientos en tu respuesta.