A pesar de ser repugnantes, las moscas domésticas son en realidad beneficiosas para los humanos en algunos aspectos. Como carroñeras, ayudan al medio ambiente comiendo materia orgánica en descomposición, y son un gran alimento para las tarántulas como mascotas. Independientemente de las ventajas de su existencia, tenerlas en casa puede ser exasperante.
Hay innumerables aerosoles, trampas y dispositivos hechos para matar o disuadir a las pequeñas plagas, siendo uno de los más comunes el papel matamoscas que se cuelga del techo. Estas tiras adhesivas son increíblemente fáciles de hacer en casa, y sólo requieren unos simples elementos que probablemente tengas por ahí.
El azúcar es el ingrediente clave: es lo que las hace pegajosas. Puedes utilizar casi cualquier tipo de azúcar, miel o jarabe, o una combinación de varios. Para las tiras, basta con cortar una bolsa de papel de estraza, hacer un agujero en cada una de ellas y pasar un hilo a través de ella.
Esta «receta» de Bonnie en Going Home to Roost utiliza partes iguales de miel, azúcar y agua, calentadas en un cazo al fuego hasta que el azúcar se disuelva. Una vez preparada la mezcla de azúcar, todo lo que tienes que hacer es sumergir tiras de papel de estraza (las bolsas de la compra funcionan bien) en ella y dejar que se sequen.
Mientras se secan, cuelga las tiras en algún lugar apartado (y no cerca de un ventilador o una ventana abierta) con una bandeja de horno o algún papel de periódico debajo para recoger cualquier goteo. Una vez que empiece a utilizar las tiras, si se secan demasiado, basta con rociarlas con agua para que vuelvan a ser pegajosas.
¿No quiere trampas para moscas colgadas en su casa? Puedes evitar que entren en primer lugar con una bolsa de plástico llena de agua.
Colgar una bolsa de agua cerca de las entradas aleja a las moscas porque los reflejos de la bolsa les hacen pensar que hay un depredador cerca.
En el interior, puedes quemar velas con aroma a lavanda o hacer una trampa de jabón para platos vertiendo jabón de olor afrutado en un tarro con un poco de agua, que funciona mejor con los bichos más pequeños como las moscas de la fruta y las pulgas. Tener un ventilador en marcha también ayuda porque crea un túnel de viento y les dificulta el vuelo.