Los relojes de sol pueden evocar impresiones de tecnologías primitivas y anticuadas o de hermosos adornos de patio, pero esa no es la historia completa. Incluso con la invención de los relojes mecánicos, los relojes de sol se siguieron utilizando como dispositivos de tiempo fiables en la era moderna. Este uso continuado se debía, al menos en parte, al hecho de que los relojes mecánicos todavía necesitaban ser puestos a cero con precisión. Sin embargo, es la fascinación y la admiración de la gente de todo el mundo lo que realmente ha ayudado a garantizar la longevidad de esta antigua tecnología.
Pero ahora echemos la vista atrás. Los primeros relojes de sol mostraban las horas llamadas estacionales. El día se dividía en 12 horas, pero en invierno, esas horas eran más cortas que en verano porque los días de verano son más largos. Cerca del ecuador, esta diferencia no era muy pronunciada, pero hacia los polos el horario fluctuaba significativamente para la gente de climas más extremos. Esto nos muestra una alternativa interesante a la reglamentación de la hora a la que se adhiere la gente de hoy en día.
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Los relojes cumplían una serie de funciones importantes para las civilizaciones antiguas, ya que se utilizaban de forma alternativa o conjunta para seguir las estaciones, los solsticios y los equinoccios. Atribuidos por primera vez a los griegos, los relojes de sol como éstos (comúnmente conocidos como relojes de sol hemisféricos o un hemisferio) utilizaban un cuenco hueco con un gnomon puntiagudo para indicar no sólo la hora, sino también la información estacional. Esto era posible porque la punta del gnomon especificaba la hora del día, mientras que el tamaño de la sombra era indicativo de la época del año. A veces se cortaba una mitad del cuenco (en ese momento se le llamaba hemiciclo), pero en teoría, los dos modelos funcionaban básicamente igual.
Si recuerdas la última página, la inclinación de la Tierra conduce a algunas complicaciones bastante complicadas cuando se trata de diseñar y colocar un reloj de sol. Sin embargo, ayuda a determinar la información estacional si se sabe cómo aprovecharla. Colocando el gnomon sobre una superficie curva, es posible trazar líneas a través del plato que se correlacionan con el solsticio de verano, el solsticio de invierno y los equinoccios (que comparten la misma trayectoria).
A lo largo de los siglos se fabricaron muchos modelos diferentes de relojes de sol en una variedad de culturas, y para muchos, la imaginación era el límite. Por ejemplo, durante el estancamiento de la Edad Oscura europea, los musulmanes utilizaron los principios de la trigonometría para fabricar los relojes de sol circulares y planos que posiblemente sean los más vistos en la actualidad. También se les atribuye el mérito de ser los primeros en proponer horas de igual longitud, y los relojes de sol musulmanes solían marcar las horas a las que se rezaba. Estas horas de igual duración se impusieron gradualmente, pero a pesar del debut de los relojes mecánicos en el siglo XIII, las horas estacionales se siguieron utilizando con frecuencia durante muchos años, hasta que fueron eliminadas gradualmente por la hora solar media y, finalmente, por los husos horarios.
Con innovaciones como éstas, las antiguas civilizaciones pudieron mantener registros de los acontecimientos pasados y planificar los futuros. Podían formalizar las actividades gubernamentales, religiosas y sociales con un horario unificado, un legado que hemos heredado y reestructurado cada vez más con la precisión de los relojes atómicos de cesio.
En la siguiente página, encontrará enlaces a mucha más información sobre astronomía y relojes, junto con respuestas a interesantes preguntas sobre el mundo antiguo.
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