Hay algunos tipos diferentes de insomnio. Cada tipo se caracteriza por su duración, por cómo afecta al sueño y por la causa subyacente.
Insomnio agudo
El insomnio agudo es un insomnio de corta duración que puede durar desde unos días hasta unas semanas. Es el tipo de insomnio más común.
El insomnio agudo también se denomina insomnio de adaptación porque suele producirse cuando se experimenta un acontecimiento estresante, como la muerte de un ser querido o el comienzo de un nuevo trabajo.
Además del estrés, el insomnio agudo también puede ser causado por:
- factores ambientales que interrumpen el sueño, como el ruido o la luz
- dormir en una cama o un entorno desconocido, como un hotel o una nueva casa
- malestar físico, como el dolor o la imposibilidad de adoptar una posición cómoda
- ciertos medicamentos
- enfermedad
- desacostumbramiento
Insomnio crónico
El insomnio se considera crónico si tiene problemas para dormir al menos tres días a la semana durante al menos un mes.
El insomnio crónico puede ser primario o secundario. El insomnio crónico primario, que también se llama insomnio idiopático, no tiene una causa obvia o una condición médica subyacente.
El insomnio secundario, también llamado insomnio comórbido, es más común. Es el insomnio crónico que ocurre con otra condición.
Las causas comunes del insomnio crónico incluyen:
- condiciones médicas crónicas, como la diabetes, la enfermedad de Parkinson, el hipertiroidismo y la apnea obstructiva y central del sueño
- condiciones de salud mental, como la depresión, la ansiedad y el trastorno por déficit de atención e hiperactividad
- medicamentos, incluidos los fármacos de quimioterapia, antidepresivos y betabloqueantes
- la cafeína y otros estimulantes, como el alcohol, la nicotina y otras drogas
- factores relacionados con el estilo de vida, como los viajes frecuentes y el desfase horario, los turnos rotativos de trabajo y las siestas
El insomnio de inicio
El insomnio de inicio es la dificultad para iniciar el sueño. Este tipo de insomnio puede ser de corta duración o crónico.
Cualquiera de las causas del insomnio agudo y crónico puede dificultar la conciliación del sueño. Los problemas psicológicos o psiquiátricos son las causas más comunes. Entre ellas se encuentran el estrés, la ansiedad o la depresión.
Según un estudio de 2009, las personas con insomnio de aparición crónica suelen tener otro trastorno del sueño, como el síndrome de las piernas inquietas o el trastorno del movimiento periódico de las extremidades.
La cafeína y otros estimulantes también pueden impedir que se duerma.
Insomnio de mantenimiento
El insomnio de mantenimiento consiste en la dificultad para permanecer dormido o en despertarse demasiado pronto y tener problemas para volver a dormir. Este tipo de insomnio hace que se preocupe por no poder volver a dormirse y por no dormir lo suficiente. Esto interfiere aún más con el sueño, creando un círculo vicioso.
El insomnio de mantenimiento puede ser causado por condiciones de salud mental, como la depresión. Otras condiciones médicas que pueden causar que se despierte incluyen:
- enfermedad por reflujo gastroesofágico
- apnea del sueño
- asma y otras afecciones respiratorias
- síndrome de las piernas inquietas
- trastorno de trastorno del movimiento de las extremidades
Insomnio conductual de la infancia
El insomnio conductual de la infancia (BIC) afecta aproximadamente al 25 por ciento de los niños. Se divide en tres subtipos:
- BIC de inicio del sueño. Este tipo es el resultado de asociaciones negativas con el sueño, como aprender a dormirse siendo mecido o amamantado. También pueden incluir la presencia de uno de los padres o ver la televisión mientras se duerme.
- BIC de fijación de límites. Este tipo de BIC implica la negativa del niño a ir a la cama y los intentos repetidos de aplazar el sueño. Ejemplos de este comportamiento son pedir una bebida, ir al baño o que los padres les lean otro cuento.
- BIC tipo combinado. Esta forma es una combinación de los otros dos subtipos de BIC. Ocurre cuando un niño tiene una asociación negativa con el sueño y se resiste a irse a la cama debido a la falta de establecimiento de límites por parte de un padre o cuidador.
El BIC normalmente puede resolverse con algunos cambios de comportamiento, como la creación de una rutina de sueño saludable o el aprendizaje de técnicas de autocalentamiento o relajación.