Esta semana, en Energy.gov, revisamos la histórica rivalidad entre dos de los inventores e ingenieros más importantes de la historia relacionados con la energía: Thomas Edison y Nikola Tesla. Vuelve cada día para saber más sobre sus vidas, sus inventos y cómo sus contribuciones siguen influyendo en la forma en que usamos la energía hoy en día. Apoya a tu favorito con los hashtags #teamedison y #teamtesla en las redes sociales, o emite tu voto en nuestra web.
En marzo de 2012, los científicos del Laboratorio Nacional de Los Álamos establecieron un récord mundial al lograr un pulso magnético de 100,75 teslas, unas 2.000.000 veces más potente que el campo magnético de la Tierra.
La Instalación de Campo Pulsado del Laboratorio Nacional de Los Álamos incluye las baterías de condensadores, los generadores y los sistemas técnicos necesarios para soportar un conjunto de potentes imanes. Uno de ellos es el imán multidisparo de 100 teslas, que produce el campo magnético no destructivo más potente del mundo.
El estudio de los imanes y sus propiedades está intrínsecamente relacionado con uno de nuestros inventores destacados de esta semana: Nikola Tesla. Tesla descubrió el campo magnético giratorio en 1882, un principio físico que ocupó un lugar destacado en muchos de sus futuros inventos. El tesla (T), un honor reservado a muy pocos científicos, fue designado en 1956 como unidad de medida de la densidad de flujo magnético, o la fuerza de un campo magnético. El tesla se utiliza como unidad de medida para campos magnéticos muy intensos y es el estándar del Sistema Internacional de Unidades (SI), mientras que el gauss (G) se utiliza habitualmente para campos magnéticos más débiles. La determinación de la unidad de medida es una cuestión de escala: un tesla equivale a 10.000 gauss. A modo de comparación, el campo magnético de la Tierra tiene una densidad de flujo magnético de unos 50 microtesla, es decir, 0,00005 tesla.
Este imán multidisparo de 100 teslas, llamado así porque puede utilizarse una y otra vez sin que se destruya por la fuerza del campo magnético que crea, es pulsante, lo que significa que el campo que genera sólo puede mantenerse durante un corto período de tiempo. El imán se encuentra dentro de un contenedor de nitrógeno líquido que lo mantiene a una temperatura de -198,15 grados Celsius (-324,67 grados Fahrenheit), lo que evita que el imán se sobrecaliente debido al potente pulso de electricidad. La Instalación de Campo Pulsado, y su colección de imanes, está disponible para su uso por parte de investigadores y científicos del mundo académico y del sector privado como instalación de usuario designada.
El imán de 100 teslas del Laboratorio Nacional de Los Álamos se está utilizando para estudiar la superconductividad, cómo se comportan los diferentes materiales bajo la influencia de un campo magnético muy alto e incluso podría utilizarse como microscopio a nanoescala. Todo esto es posible gracias a los descubrimientos pioneros realizados por Nikola Tesla hace más de un siglo.