Reconocer los primeros signos de los trastornos del espectro autista (TEA) y buscar una intervención temprana puede suponer una gran diferencia en la vida de un niño con autismo. Aquí compartimos lo que necesita saber para detectar los signos del autismo de forma temprana.
¿Cuándo aparecen los signos tempranos?
Las investigaciones sugieren ahora que los niños pueden mostrar signos de autismo a partir de un año de edad. Sin embargo, el momento varía, como explica Autumn W., asistente de terapia ocupacional que trabaja con niños con autismo: «Existe el autismo de inicio temprano (antes de los 2 años) y el de inicio tardío (en el que el niño cumple la mayoría de los hitos a tiempo y parece desarrollarse con normalidad hasta que se produce una marcada regresión de las habilidades).»
¿Cuáles son los signos típicos de que un niño tiene autismo?
Ningún niño con autismo es igual. Hay un espectro muy grande de comportamiento exhibido por los niños con autismo, y no hay un grupo «típico» de comportamientos que todos los niños con autismo muestran. Como dice Jana T: «Todos los niños autistas son únicos a su manera. No hay un comportamiento típico de un niño autista»
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¿Cuáles son las «banderas rojas» del desarrollo a las que hay que prestar atención?
Aunque no hay una lista de signos que indiquen que su hijo tiene ciertamente autismo, Autism Speaks cita cada una de las siguientes «banderas rojas» como un indicador de que un niño está en riesgo de desarrollo atípico y debe tener una evaluación inmediata:
- No hay grandes sonrisas u otras expresiones cálidas y alegres a los 6 meses o después.
- No hay intercambio de sonidos, sonrisas u otras expresiones faciales a partir de los 9 meses.
- No balbucear antes de los 12 meses.
- No hacer gestos de ida y vuelta -como señalar, mostrar, alcanzar o saludar- antes de los 12 meses.
- No decir palabras antes de los 16 meses.
- No decir frases significativas de dos palabras (sin imitar o repetir) antes de los 24 meses.
- Cualquier pérdida del habla o del balbuceo o de las habilidades sociales a cualquier edad.
¿Cuáles son otros posibles signos?
Además de los hitos señalados anteriormente, hay muchos posibles signos y síntomas de autismo, que incluyen diferencias sociales, de comunicación y de comportamiento.
Como relata Autumn W: «En el inicio temprano , habrá un marcado retraso en varios hitos, particularmente en el habla. El niño puede evitar el contacto visual y resistirse a ser cogido en brazos. El niño puede desarrollar una marcha irregular (caminar con los dedos de los pies, caminar con los empeines o no abandonar nunca la «guardia alta»). Los niños autistas suelen fijarse en los objetos, explorando todos sus aspectos. La mayoría de los niños autistas se autoestimulan (es decir, se balancean de un lado a otro, se estimulan visualmente agitando la mano delante de la cara, se dan golpecitos, se golpean y se estimulan auditivamente de forma repetitiva). A menudo, parecen estar en su propio mundo, ajenos a su entorno».
Otros signos que destacan los lectores son la ecolalia (repetición de sonidos sin entenderlos); la sensibilidad a los sonidos, la luz, las texturas, el tacto y los olores; la falta de empatía/comprensión de las emociones; o movimientos como agitar los brazos, mecerse, frotarse las manos o los dedos y golpearse la cabeza.
¿Cuáles son los signos del autismo de inicio tardío?
Además de los signos de inicio temprano, es importante buscar signos de regresión del desarrollo típico. Según la Academia Americana de Pediatría, aproximadamente una cuarta parte de los niños con autismo parecen tener un desarrollo normal hasta los 18 meses, después de lo cual:
- Dejan de hablar (si han empezado a decir palabras).
- Dejan de decir adiós con la mano.
- Dejan de girar la cabeza cuando se les llama por su nombre.
- Se encierra en un caparazón y parece más distante y menos interesado en el entorno.
Estos cambios pueden producirse de forma gradual o repentina.
Para obtener una lista detallada de los posibles signos de los TEA, consulte esta descripción general de los trastornos del espectro autista de la Academia Americana de Pediatría.
Por último, confíe en su instinto, aconseja Stacy H.: «¡Siga su instinto! ¡Presiona para que te hagan las evaluaciones! Quién sabe, tal vez le esté dando demasiadas vueltas a las cosas y se esté preocupando demasiado, pero también puede que esté en lo cierto. Esa evaluación podría suponer un mundo de diferencia en la intervención temprana y cambiar realmente la vida de su hijo».