Los tres problemas más importantes de los vertederos son las toxinas, los lixiviados y los gases de efecto invernadero.
Toxinas
Muchos materiales que acaban como residuos contienen sustancias tóxicas. Con el tiempo, estas toxinas se filtran en nuestro suelo y en las aguas subterráneas, y se convierten en un peligro para el medio ambiente durante años. Los residuos electrónicos son un buen ejemplo. Residuos como televisores, ordenadores y otros aparatos electrónicos contienen una larga lista de sustancias peligrosas, como el mercurio, el arsénico, el cadmio, el PVC, los disolventes, los ácidos y el plomo.
Lea más sobre los residuos electrónicos y los ordenadores aquí.
Únete a nuestra creciente comunidad de más de 150.000 victorianos y aprende cómo puedes marcar la diferencia 👇
Lixiviados
Los lixiviados son el líquido que se forma cuando los residuos se descomponen en el vertedero y el agua se filtra a través de esos residuos. Este líquido es muy tóxico y puede contaminar la tierra, las aguas subterráneas y los cursos de agua.
Gases de efecto invernadero
Cuando la materia orgánica, como los restos de comida y los residuos verdes, se deposita en un vertedero, generalmente se compacta y se cubre. Esto elimina el oxígeno y hace que se descomponga en un proceso anaeróbico. A la larga, esto libera metano, un gas de efecto invernadero que es 25 veces más potente que el dióxido de carbono. Las implicaciones para el calentamiento global y el cambio climático son enormes. El metano también es un gas inflamable que puede resultar peligroso si se permite su concentración. Compostar los restos de comida y los residuos verdes en un cubo de compostaje elimina muchos de estos problemas.
Además de los costes económicos, la basura enterrada en los vertederos se descompone a un ritmo muy lento y sigue siendo un problema para las generaciones futuras.
Lea más sobre los residuos orgánicos aquí.