El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) es una condición de salud mental que implica síntomas de pensamientos obsesivos y comportamientos compulsivos. Los pensamientos obsesivos consisten en pensamientos, imágenes mentales o impulsos repetitivos y no deseados. Los comportamientos compulsivos son rituales que se realizan repetidamente. Por ejemplo, los individuos con TOC pueden lavarse las manos constantemente por miedo a los gérmenes o pueden tener la compulsión de ordenar los objetos de una manera específica.
Los individuos con TOC a menudo son conscientes de que sus pensamientos y comportamientos son contraproducentes, pero son incapaces de dejar de realizar esos comportamientos. Los síntomas del TOC pueden consumir una cantidad considerable de tiempo e interferir en la vida social y laboral del individuo.
El tratamiento del TOC suele consistir en terapia cognitivo-conductual, pero también pueden utilizarse antidepresivos. Sólo la mitad de los individuos responden a estos tipos de tratamiento, por lo que es necesario comprender mejor las bases biológicas del TOC. Los escáneres cerebrales pueden ser útiles para mostrar las diferencias en la estructura y función de las regiones cerebrales de los individuos con TOC. Tales estudios pueden proporcionar nuevos objetivos para el tratamiento del TOC.
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La estructura de la corteza cerebral en personas con TOC
La corteza cerebral es la capa externa y arrugada del cerebro que está formada por neuronas fuertemente empaquetadas. La corteza cerebral se divide en múltiples regiones por su función o su localización. Se ha comprobado que tres regiones corticales son diferentes en los individuos con TOC en relación con las personas sin TOC. Estas regiones incluyen el córtex cingulado anterior, el córtex orbitofrontal (OFC) y el núcleo caudado.
- El córtex orbitofrontal está implicado en la detección de errores, determinando qué estímulos son gratificantes y registrando un error cuando las experiencias previamente gratificantes dejan de serlo.
- La corteza cingulada anterior, situada en la corteza frontal, también desempeña un papel importante en la detección de errores y el procesamiento de la información conflictiva que se produce durante la toma de decisiones.
- El núcleo caudado recibe información de las neuronas de la corteza orbitofrontal y la corteza cingulada anterior. También sirve como punto de relevo entre estas áreas y el tálamo. A continuación, el tálamo envía información sobre el error a diferentes partes del cerebro para su posterior procesamiento y la devuelve a la corteza orbitofrontal. El núcleo caudado evita la sobreestimulación del tálamo cuando se detecta una señal de error.
Para las personas con TOC, el circuito cerebral en el que participan el córtex cingulado anterior, el córtex orbitofrontal y el núcleo caudado es disfuncional. Como resultado, las personas con TOC no pueden dejar de preocuparse por los elementos que les obsesionan, aunque sepan que su obsesión es contraproducente.
Las exploraciones por resonancia magnética (IRM) realizadas para comparar los volúmenes de diferentes regiones cerebrales en personas con y sin TOC han encontrado volúmenes más pequeños de la corteza orbitofrontal y de la corteza cingulada anterior en los individuos con TOC. Además, el volumen del tálamo tiende a ser mayor en los individuos con TOC que en los individuos sin TOC. El volumen del tálamo está asociado a la gravedad de los síntomas del TOC. Además, el lóbulo parietal del cerebro, que está implicado en la atención, la planificación y la inhibición de la respuesta, tiende a ser más delgado en los individuos con TOC.
Entender los circuitos cerebrales y el TOC
Los estudios de IRM mencionados anteriormente implicaron el escaneo de los cerebros de los individuos mientras estaban en reposo. Estos estudios proporcionaron información sobre la estructura de cada región individual. Sin embargo, múltiples regiones del cerebro, conectadas entre sí por axones, están implicadas durante cualquier comportamiento. Las diferencias en el comportamiento (TOC frente a no TOC) están asociadas a las diferencias en la fuerza de la conectividad entre las regiones cerebrales.
Los estudios en humanos generalmente implican la medición de la actividad en diferentes regiones cerebrales durante una tarea para obtener información sobre qué regiones cerebrales se activan simultáneamente. Para entender qué circuitos cerebrales están implicados en una tarea concreta, se pide a los individuos que realicen una tarea mientras están en un escáner de resonancia magnética funcional (fMRI). Una fMRI detecta los cambios en el flujo sanguíneo a diferentes regiones del cerebro que son indicativos de la actividad neuronal en una región en particular.
Un ejemplo de las tareas utilizadas para comparar las diferencias en los circuitos cerebrales de las personas con y sin TOC es la tarea de la señal de parada. La prueba de la señal de parada implica un estímulo (flecha izquierda o derecha) al que los sujetos deben responder. Sin embargo, si hay una señal de parada en forma de tono de audio o cambio de color tras la presentación del estímulo, la persona debe retener su respuesta al estímulo inicial. Esta tarea mide la capacidad de anular su respuesta inicial y, por lo tanto, mide la capacidad de controlar el comportamiento no deseado. Del mismo modo, otras tareas miden la capacidad de los individuos para detectar estímulos interferentes o errores y ajustar su comportamiento. Muchos estudios incluyen a personas con y sin TOC que realizan este tipo de tareas cognitivas mientras están tumbadas en un escáner de IRMf.
Durante un estudio, a personas con TOC y a personas sin el trastorno se les mostraron dos caras mientras estaban en el escáner de IRMf. Se administró una pequeña descarga eléctrica cuando se les mostró una de estas caras. Ambos grupos de individuos llegaron a reconocer esta cara como amenazante. Después de algunos ensayos, se cambió el emparejamiento entre el estímulo de la descarga y las caras. Las personas sin TOC llegaron a asociar la cara previamente segura como amenazante. Sin embargo, los individuos con TOC comenzaron a identificar ambas caras como amenazantes después de la inversión. Los individuos con TOC no actualizaron la información sobre los niveles de amenaza asociados a las caras. Los datos de neuroimagen recogidos a partir de los escaneos fMRI indicaron que la corteza prefrontal ventromedial (vmPFC) se comunicaba con la corteza cingulada anterior, la ínsula y el tálamo cuando la primera cara se emparejaba con la descarga eléctrica. Sin embargo, la vmPFC no se comunicó con estas regiones cuando la otra cara se emparejó con la descarga.
La vmPFC desempeña un papel importante en la evaluación de los estímulos emocionales y no comunicó a otras regiones del cerebro que la primera cara era segura. Los déficits en la red que involucra a la vmPFC y a las otras tres regiones pueden ser responsables de algunos de los déficits conductuales de los pacientes con TOC. Este estudio sugiere que los individuos con TOC pueden realizar conductas repetitivas, como lavarse las manos, porque lavarse las manos una vez no desencadena la señal de seguridad del vmPFC.
Cómo los escáneres cerebrales están ayudando a desarrollar nuevos tratamientos para el TOC
Los estudios que incluyen escáneres cerebrales no establecen una relación causal entre las regiones o circuitos cerebrales y los déficits conductuales. La actividad anormal en estas regiones cerebrales puede ser simplemente una consecuencia del mal funcionamiento de otras regiones cerebrales. Sin embargo, los estudios pueden proporcionar nuevas dianas terapéuticas para el tratamiento del TOC. Por ejemplo, la FDA aprobó la estimulación magnética transcraneal repetitiva para el tratamiento del TOC.
La estimulación transmagnética es un procedimiento no invasivo que implica la activación de las neuronas mediante campos magnéticos. La estimulación transmagnética se está utilizando para dirigirse a algunas de las regiones cerebrales identificadas en los estudios mencionados anteriormente. Otras opciones de tratamiento más invasivas para el TOC grave incluyen la neurocirugía para cortar la conexión entre las regiones del cerebro o la colocación de un electrodo en una región particular del cerebro para proporcionar estimulación.
Una vez que los hallazgos de los estudios de escaneo cerebral se consoliden con los datos de otros estudios, estos dos procedimientos invasivos pueden convertirse en alternativas de tratamiento viables. La información de los escáneres cerebrales también puede ayudar al desarrollo de nuevos medicamentos que puedan utilizarse con enfoques conductuales para abordar los diversos déficits observados en los individuos con TOC.
Algunas personas intentan automedicar su TOC consumiendo drogas o alcohol. Este tipo de comportamiento puede conducir rápidamente a la adicción. Si usted o un ser querido luchan contra el consumo de sustancias y el trastorno de salud mental concurrente, aprenda cómo el tratamiento profesional puede abordar la adicción y cualquier trastorno de salud mental concurrente.
- Fuentes
Huey, Edward; et al. «A psychological and neuroanatomical model of obsessive-compulsive disorder». The Journal of neuropsychiatry and clinical neurosciences, abril de 2008. Consultado el 22 de septiembre de 2019.
Apergis-Schoute, Annemieke; et al. «Neural basis of impaired safety signaling in obsessive compulsive disorder». Actas de la Academia Nacional de Ciencias, marzo de 2017. Consultado el 22 de septiembre de 2019.
Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos. «La FDA permite la comercialización de la estimulación magnética transcraneal para el tratamiento del trastorno obsesivo compulsivo». 17 de agosto de 2018. Consultado el 27 de septiembre de 2018.
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