Las enormes figuras de piedra de la Isla de Pascua han cautivado a exploradores, investigadores y al resto del mundo durante siglos, pero ahora los expertos dicen haber desvelado uno de los mayores misterios: por qué las estatuas están donde están.
Los investigadores afirman haber analizado las ubicaciones de las plataformas megalíticas, o ahu, sobre las que se asientan muchas de las estatuas conocidas como moai, así como haber escudriñado los emplazamientos de los recursos de la isla, y han descubierto que las estructuras suelen encontrarse cerca de fuentes de agua dulce.
Dicen que el hallazgo respalda la idea de que algunos aspectos de la construcción de las plataformas y las estatuas, como su tamaño, podrían estar relacionados con la abundancia y la calidad de dichos suministros.
«Lo importante de esto es que demuestra que las ubicaciones de las estatuas en sí mismas no son un lugar ritual extraño, sino que representan un ritual en el sentido de que tienen un significado simbólico, pero están integradas en la vida de la comunidad», dijo el profesor Carl Lipo, de la Universidad de Binghamton en Nueva York, que fue coautor de la investigación.
La isla de Pascua, o Rapa Nui, tiene más de 300 plataformas megalíticas, cada una de las cuales podría haber sido realizada por una comunidad distinta. Se cree que las primeras se construyeron en el siglo XIII, y muchas se encuentran alrededor de la costa.
Se cree que los monumentos representan a los ancestros y estaban vinculados a la actividad ritual, formando un punto focal para las comunidades, pero la razón de sus ubicaciones era anteriormente un misterio. Aunque los estudios han sugerido que los lugares podrían haber sido elegidos por su relación con recursos clave, el equipo dice que la última investigación es el primer intento de examinar tales afirmaciones.
El equipo se centró en el este de la isla, donde se han cartografiado bien varios recursos, y examinó la distribución de 93 plataformas megalíticas construidas antes de que los navegantes europeos aparecieran en el siglo XVIII.
Después de no encontrar ninguna relación con la proximidad de la roca utilizada para las herramientas o para los monumentos, observaron si los ahu se encontraban cerca de otros recursos importantes: jardines extendidos con piedras en los que se cultivaban patatas dulces, sitios vinculados a la pesca y fuentes de agua dulce.
Lipo dijo que se interesó por esto último después de que él y sus colegas comenzaran a investigar de dónde obtenían el agua potable los habitantes de Rapa Nui. La isla no tiene arroyos permanentes, y hay pocas pruebas de que los residentes dependieran de los lagos de la isla.
Sin embargo, el agua dulce pasa por el suelo a los acuíferos, filtrándose en las cuevas, así como emergiendo alrededor de la costa. «Es sorprendente que con la marea baja, cuando el agua baja, de repente surjan arroyos en diferentes puntos de la costa que son pura agua dulce», dijo Lipo. «Nos dimos cuenta de esto, de hecho, cuando estábamos haciendo un estudio en la isla, que veíamos a los caballos bebiendo del océano». Los registros históricos revelan que los isleños bebían esta agua más bien salobre, mientras que los estudios sugieren que también hacían pozos para captar agua potable.
Los resultados de la nueva investigación, publicada en la revista Plos One, revelan que la proximidad a los lugares de agua dulce es la mejor explicación para las ubicaciones de los ahu – y explica por qué aparecen tanto en el interior como en la costa.
«Las excepciones a la regla de estar en la costa donde sale el agua en realidad se cumplen por el hecho de que también hay agua allí – se encuentra a través de ubicaciones de cuevas», dijo Lipo, añadiendo que se encontraron pozos históricos para explicar algunas ubicaciones de ahu aparentemente sin agua dulce.
Lipo dijo que los resultados coincidían con las experiencias del equipo sobre el terreno. «Cada vez que veíamos cantidades masivas de agua dulce, veíamos estatuas gigantes», dijo. «Era ridículamente predecible», añadió.
Los resultados, dijo Lipo, tenían sentido, ya que el agua potable es esencial para las comunidades y no es práctico tener que caminar kilómetros para un trago rápido. «Se harían cosas cerca del agua dulce», dijo.
Pero dice que el estudio también añade peso a la idea de que las comunidades competían e interactuaban a través de la construcción de monumentos, en contraste con la idea de que los isleños se dedicaban a la violencia letal por los escasos recursos naturales, algo de lo que Lipo dice que hay pocas pruebas. De hecho, el equipo está estudiando ahora si varios aspectos de las estatuas, como su tamaño u otras características, podrían estar relacionados con la calidad de los recursos hídricos, ofreciendo potencialmente una forma en la que una comunidad podría mostrar una ventaja competitiva a otros grupos de isleños.
Y la comunidad y la cooperación, subraya Lipo, fueron cruciales en la construcción de los monumentos. «Cualquier cosa que te una te va a hacer más fuerte y te va a permitir sobrevivir», dijo. «Creo que ése es el secreto de la Isla de Pascua».
Pero no todo el mundo está de acuerdo con la ubicación de las estatuas. Jo Anne Val Tilburg, experta en la Isla de Pascua de la Universidad de California en Los Ángeles, dijo: «La existencia de filtraciones de agua dulce cerca de los ahu costeros es bien conocida y sin duda era importante en el momento del contacto europeo. Sin embargo, estos manantiales son hoy, y probablemente siempre lo fueron, recursos menores. Es muy poco probable, en mi opinión, que estos recursos fueran de gran importancia para la localización de los ahu durante la prehistoria.»
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