Objetivo: Existen limitados estudios comparativos sobre los antihistamínicos clásicos y de nueva generación que afectan a la calidad del sueño y al estado de ánimo. El objetivo de este estudio fue determinar y comparar los efectos de los antihistamínicos clásicos y de nueva generación sobre la calidad del sueño, la somnolencia diurna, la ansiedad onírica y el estado de ánimo.
Métodos: Noventa y dos pacientes con prurito crónico completaron el estudio en la consulta externa de dermatología. Se administraron tratamientos con las dosis terapéuticas regulares recomendadas. Se evaluaron los efectos de los fármacos antihistamínicos sobre el estado de ánimo, la somnolencia diurna, la ansiedad del sueño y la calidad del sueño el primer día y un mes después.
Resultados: Los pacientes externos que recibieron tratamientos con cetirizina e hidroxizina informaron de puntuaciones más altas en las subescalas de depresión, ansiedad y fatiga que los que recibieron desloratadina, levocetirizina y rupatadina. La feniramina y la rupatadina se asociaron a la somnolencia diurna y a una mejor calidad del sueño. Las puntuaciones de la escala de efectos secundarios UKU fueron significativamente elevadas entre los pacientes ambulatorios que recibieron feniramina. Los antihistamínicos clásicos aumentaron la somnolencia diurna y disminuyeron las puntuaciones de la calidad del sueño. Los antihistamínicos de nueva generación redujeron la latencia del sueño y la ansiedad del sueño, y aumentaron la somnolencia diurna y la calidad del sueño.
Conclusión: Ambos antihistamínicos, aumentaron significativamente la somnolencia diurna y la calidad del sueño nocturno. La somnolencia diurna se predijo significativamente con el tratamiento con rupadatina y feniramina. La cetirizina y la hidroxizina, parecen tener una influencia negativa en los estados de ánimo. Dado el amplio uso de los antihistamínicos en el ámbito clínico, estos resultados deberían ser examinados con más detalle en otros estudios.