El frenillo corto, conocido científicamente como frenillo breve, es una condición en la que el trozo de piel que conecta el prepucio con el glande es más corto de lo normal, causando mucha tensión al tirar del prepucio hacia atrás o durante una erección. Esto puede hacer que el frenillo se desgarre durante actividades más vigorosas, como el contacto sexual, lo que provoca un dolor intenso y sangrado.
Como este problema no mejora por sí solo con el tiempo, se recomienda acudir a un urólogo para que examine el prepucio y decida si es necesario someterse a una cirugía, conocida como frenuloplastia, en la que se corta el frenillo para liberar la piel y reducir la tensión durante la erección.
Cómo identificar un frenillo corto
En la mayoría de los casos, es fácil identificar si el frenillo es más corto de lo normal, ya que no es posible tirar del prepucio completamente sin sentir una ligera presión en el frenillo.
Sin embargo, otros signos que pueden indicar este problema son:
- Dolor o molestia que hace que el contacto sexual sea desagradable;
- La cabeza del pene se pliega hacia abajo cuando se tira del prepucio hacia atrás;
- La piel del glande no se puede tirar completamente hacia atrás.
Este problema puede confundirse a menudo con la fimosis, sin embargo, generalmente no es posible ver todo el frenillo en este caso. No obstante, si existe la sospecha de un frenillo corto o de fimosis, se recomienda acudir a un urólogo para iniciar el tratamiento adecuado, especialmente antes de iniciar una vida sexual activa, a fin de evitar cualquier molestia.
Cómo tratar un frenillo corto
El tratamiento para un frenillo corto debe ser siempre recomendado por un urólogo, ya que, según la tirantez del frenillo, se pueden seguir diferentes técnicas, como pomadas con betametasona o ejercicios de estiramiento de la piel.
Sin embargo, la cirugía se recomienda en casi todos los casos.
Cómo se hace la cirugía
La cirugía del frenillo corto, también conocida como frenuloplastia, es un tratamiento muy sencillo y rápido que se puede realizar en la consulta del urólogo. La cirugía suele durar unos 30 minutos, utilizando sólo anestesia local, y el paciente puede volver a casa poco después.
La cicatrización completa tarda unas 2 semanas después de la cirugía y deben evitarse las relaciones sexuales durante el mismo periodo, así como meterse en piscinas o en el mar, para ayudar a la cicatrización y evitar infecciones.