Guías de salud de Hesperian

Antibióticos

Los antibióticos son medicamentos importantes que se utilizan para combatir las infecciones causadas por bacterias. No combaten los virus ni curan el resfriado común. Pero no todos los tipos de antibióticos combaten todo tipo de infecciones. Se dice que los antibióticos que comparten la misma composición química son de la misma familia. Es importante conocer las familias de antibióticos por 2 razones:

1. los antibióticos de la misma familia a menudo pueden tratar los mismos problemas. Esto significa que puede utilizar un medicamento diferente de la misma familia.
2. Si es alérgico a un antibiótico de una familia, también lo será a los demás miembros de la misma familia de antibióticos. Esto significa que tendrá que tomar un medicamento de otra familia en su lugar.

Las principales familias de antibióticos utilizadas en este libro son:

Penicilinas: amoxicilina, ampicilina, penicilina benzatina, bencilpenicilina, dicloxacilina, penicilina procaínica y otras.

Los medicamentos de la familia de la penicilina son muy eficaces para una variedad de infecciones. Tienen muy pocos efectos secundarios y son seguros si se está embarazada o en periodo de lactancia. Están ampliamente disponibles, son baratos y vienen en forma oral e inyectable, pero causan más problemas de reacciones alérgicas que muchos otros medicamentos. Se han utilizado en exceso y algunas enfermedades son ahora resistentes a las penicilinas.

Macrólidos: azitromicina, eritromicina y otros

La eritromicina es un antibiótico más antiguo, comúnmente utilizado y ampliamente disponible que funciona para muchas de las mismas infecciones que la penicilina y la doxiciclina. A menudo es un buen sustituto de la doxiciclina cuando una mujer está embarazada o amamantando, o si hay alergia a la penicilina.

Tetraciclinas: doxiciclina, tetraciclina

La tetraciclina y la doxiciclina tratan ambas muchas infecciones diferentes y son baratas y están ampliamente disponibles. Ninguno de los dos fármacos debe ser tomado por mujeres embarazadas o en periodo de lactancia ni por niños menores de 8 años.

Sulfas (sulfonamidas): sulfametoxazol (parte del cotrimoxazol), sulfisoxazol

Estos medicamentos combaten muchos tipos diferentes de infecciones y son baratos y están ampliamente disponibles. Pero ahora son menos eficaces porque algunas infecciones son resistentes a ellos. Causan más problemas de reacciones alérgicas que otros medicamentos. Pueden tomarse durante el embarazo, pero es mejor tomar otro medicamento justo antes del parto y durante las primeras semanas de vida del bebé. Deje de usar las sulfonamidas inmediatamente si desarrolla signos de alergia (ver Medicamentos para reacciones alérgicas).

Aminoglucósidos: gentamicina, estreptomicina y otros

Son medicamentos eficaces y fuertes, pero la mayoría de ellos pueden causar efectos secundarios graves y sólo pueden administrarse por inyección. Sólo deben utilizarse cuando la infección es grave y no se dispone de ningún medicamento más seguro.

Cefalosporinas: ceftriaxona, cefalexina y otros

Son una gran familia de medicamentos más nuevos y potentes que tratan muchas infecciones femeninas que se han vuelto resistentes a los antibióticos más antiguos. A menudo son más seguros y tienen menos efectos secundarios que los antibióticos más antiguos, pero pueden ser bastante caros y difíciles de encontrar. Su uso es seguro durante el embarazo y la lactancia.

Quinolonas: ciprofloxacina, norfloxacina y otros

La ciprofloxacina y la norfloxacina son antibióticos más nuevos y potentes. Son caros y pueden ser difíciles de encontrar. No pueden tomarse durante el embarazo y la lactancia ni por niños menores de 16 años.

Utilice los antibióticos sólo cuando sea necesario

Muchos antibióticos se utilizan con demasiada frecuencia. Utilice los antibióticos sólo cuando sea necesario porque:

• Mientras matan algunos gérmenes, los antibióticos permiten que otros -que normalmente están en el cuerpo y suelen ser inofensivos- crezcan sin control. Esto puede causar problemas como diarrea e infecciones vaginales por hongos.
• Algunos antibióticos pueden causar efectos secundarios graves y reacciones alérgicas.
• El uso de antibióticos cuando no son necesarios o para enfermedades que no pueden curar ha hecho que algunos gérmenes dañinos sean más fuertes y resistentes al medicamento. Esto significa que el medicamento ya no puede curar la enfermedad.

Por ejemplo: En el pasado era fácil curar la gonorrea, una infección de transmisión sexual, con penicilina. Pero la penicilina se ha utilizado incorrectamente y con demasiada frecuencia para muchos otros problemas menos graves.