Historia del hidrófilo

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La única fuente de colorante azul a lo largo de la historia ha sido el índigo y el hidrófilo (Isatis tinctoria) fue su fuente en Europa.

Cultivado en Europa desde la Edad de Piedra, tiene una larga relación con Anglia Oriental, especialmente con Boudica y la tribu de los icenos, que utilizaban el hidrófilo para colorear sus rostros antes de ir a la batalla. Más al norte, los pictos también se hicieron famosos por pintarse el cuerpo con el tinte azul del woad. Los romanos se referían a estos antiguos británicos como «pictos», ya que en celta significa «pintado».

Procesamiento tradicional del woad

Se cultivaba en el campo y se recogía en su primer año.

Las hojas se cortaban en una pasta con un molino impulsado por un caballo y luego se hacían bolas a mano. Se dejaban secar en secaderos especiales durante unas cuatro semanas hasta que se endurecían como la madera.

Las bolas secas se desmenuzaban, se rociaban con agua y se dejaban fermentar. Esto se conoce como «couching». Una vez seco, se empaquetaba en barriles y se dejaba listo para el tintorero.

El tintorero vertía agua caliente sobre el hidromiel en la cuba y añadía potasa u orina. Esta mezcla fermentaba durante tres días antes de que el baño de tinte estuviera listo, y la tela se mojaba antes de ser sumergida en la tina.

Los ovillos de woad eran muy valiosos y se utilizaban para el comercio. En 1286, los mercaderes extranjeros de guata tenían un acuerdo comercial con los ciudadanos de Norwich, ya que había habido una disputa por los cargos del muelle en Londres, donde habían comerciado anteriormente. A principios del siglo XIII, los comerciantes de invierno de Amiens aumentaron sus ventas de invierno a Norwich debido a la expansión de la industria textil.

A mediados de la década de 1580, el gobierno restringió el cultivo de invierno, ya que los suministros de grano empezaban a verse amenazados por la sobreproducción de invierno, que era seis veces más valioso en aquella época. Isabel I anuló esta restricción en 1601, pero no permitió que se procesara cerca de sus palacios debido a su olor ofensivo.

En las colonias se cultivó el índigo asiático de la Indigofera tinctoria y, poco a poco, éste sustituyó el uso del sargazo en las tinturas de índigo. Con el índigo importado del sudeste asiático y el desarrollo del índigo sintético (que era más barato de crear), la última fábrica de woad en Lincolnshire cerró en 1932.

Para más información sobre la historia del woad, podemos recomendar un folleto muy bueno de John Edmonds titulado «The History of Woad and the Medieval Woad Vat». Es una lectura esclarecedora, y está disponible en nuestra tienda online.

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