La ipecacuana se utilizó en mezclas para la tos como expectorante o emético desde el siglo XVIII hasta principios del siglo XX. Por ejemplo, la ipecacuana y el opio se utilizaban para producir el polvo de Dover, que se utilizaba en forma de jarabe.
En 1965, la FDA aprobó la venta de hasta una onza de jarabe de ipecacuana sin receta médica. En el momento en que se aprobó, su uso fue recomendado por la AAP, la AAPCC, la AMA y la junta médica asesora de la FDA como método para inducir el vómito «para un uso rápido de primeros auxilios en el hogar, bajo supervisión médica», para su uso en casos de envenenamiento accidental.
Las directrices actuales de la Academia Americana de Pediatría, sin embargo, desaconsejan firmemente esto y, de hecho, recomiendan la eliminación de cualquier jarabe de ipecacuana presente en el hogar. Muchas asociaciones toxicológicas también han emitido documentos de posición en los que recomiendan no utilizarlo como tratamiento de primera línea para la mayoría de los venenos ingeridos, debido a la falta de pruebas de que el jarabe de ipecacuana realmente ayude a mejorar el resultado en casos de envenenamiento. Además, puede producirse una sobredosis accidental de ipecacuana cuando se administra en el hogar. Cuando se trata de casos de intoxicación en el hospital, resulta difícil obtener un diagnóstico diferencial cuando se ha administrado jarabe de ipecacuana, ya que éste puede añadir más síntomas.
Una revisión realizada en 2005 por un panel científico financiado por la HRSA concluyó que el vómito por sí solo no elimina de forma fiable los venenos del estómago. El estudio sugirió que las indicaciones para el uso del jarabe de ipecacuana eran raras, y que los pacientes deberían ser tratados por medios más eficaces y seguros. Además, sus posibles efectos secundarios, como el letargo, pueden confundirse con los efectos del veneno, complicando el diagnóstico. El uso de ipecacuana también puede retrasar el uso de otros tratamientos (por ejemplo, carbón activado, irrigación de todo el intestino o antídotos orales) o hacerlos menos eficaces.
Uso indebidoEditar
La ipecacuana ha sido utilizada por individuos con bulimia nerviosa como medio para lograr la pérdida de peso a través del vómito inducido. Se cree que el uso repetido de esta manera provoca daños en el corazón y los músculos, lo que puede acabar provocando la muerte del usuario. El uso indebido de la ipecacuana se ha atribuido a la muerte de la cantante Karen Carpenter en 1983. También se ha utilizado como agente del síndrome de Münchausen por poderes.