¿Te has sentido alguna vez hambriento (hambre + enfado)? La comida y el estado de ánimo se influyen mutuamente. Entienda cómo interactúan para poder tomar buenas decisiones dietéticas y evitar comer de forma emocional o impulsiva.
Quizá no sea una coincidencia que la comida y el estado de ánimo estén separados por una letra; los dos son guisantes en una vaina. Piénsalo: te aferras a una ensalada gigante para cenar en un día en el que «lo estás ganando», y buscas una tarrina de helado después de una mala cita o un día frustrante en el trabajo.
Es una relación delicada, y puede salirse de control si no tienes cuidado. Analicemos la relación entre la comida y el estado de ánimo, y cómo corregirla cuando va mal.
El primer antojo
Incluso si mantiene una dieta saludable, es normal desear golosinas altas en calorías y poco saludables cuando está estresado o deprimido.1 Esto tiene sentido: su cuerpo quiere abastecerse de combustible para el modo de lucha o huida cuando los tiempos se ponen difíciles, pero puede confundir el estrés de luchar contra el tráfico en la autopista con la lucha contra los depredadores en la sabana. No es de extrañar que una pizza entera, un plato lleno de pollo frito o un batido de chocolate puedan parecer la cura para un día deprimente: por algo se les llama «comida reconfortante».
Ciclo vicioso
Una comida trampa de vez en cuando puede estar bien, pero si utilizas la comida para combatir la depresión, vas a perder la guerra. Las investigaciones demuestran que los alimentos llenos de grasa y azúcar sólo aumentan la probabilidad de sufrir depresión y ansiedad, y eso significa que sólo querrá más chatarra azucarada para combatir el nuevo mal humor.2 Este ciclo es un bucle de retroalimentación.
La espiral descendente
Si el consumo de grasas y azúcares se prolonga demasiado, su cuerpo se adaptará a él y pensará que es normal. Entonces, cuando intentas empezar a comer bien, podrías desconectar tu sistema y aumentar aún más la ansiedad y la depresión, atrapándote en un ciclo de mala alimentación para intentar mantener la felicidad.2 Es un lugar terrible en el que estar.
Romper el ciclo
Hay una forma de evitar la espiral descendente; no estás atrapado. De la misma manera que la comida reconfortante y poco saludable puede hacer que te sientas deprimido, la comida sana puede estimularte. En un estudio, la felicidad que se obtiene al comer ocho raciones de fruta y verdura al día equivale a la alegría que experimenta un desempleado al encontrar un trabajo.3 ¡Eso es una gran mejora de la actitud!
Las cosas siguen mejorando
Cuando eres más feliz, es más probable que se te antojen alimentos saludables. En un estudio, los participantes que veían una película feliz optaban por las uvas, mientras que los que veían una película triste optaban por las palomitas.4 Es más fácil mantenerse sano cuando se está feliz. Y no olvides que comer más sano te ayuda a ser más feliz.
¡Arriba, arriba y lejos!
¿La mejor parte? Comer bien tiene efectos a largo plazo sobre la salud mental. Las investigaciones han demostrado que las opciones saludables, como la dieta mediterránea, llena de frutas, verduras, cereales integrales y proteínas magras, pueden ayudar a mantener a raya la depresión,5 estabilizando el estado de ánimo y manteniéndole fuera de la zona de peligro en la que parece que sólo una magdalena salvará el día.
Alimentos para el buen humor
Hay algunos alimentos específicos que hay que tener en cuenta para mejorar el estado de ánimo:
- Frutas y verduras: una manzana al día mantiene alejado al médico… y quizá también al psiquiatra. Como ya se ha dicho, la fruta y la verdura se han relacionado con niveles más altos de felicidad.3
- Ácidos grasos Omega-3 – Estos son los buenos, que se encuentran en alimentos como el pescado y los aceites de frutos secos. La falta de ácidos grasos Omega-3 se ha relacionado con la depresión y la impulsividad. Consumirlo en abundancia en su dieta mantiene sus niveles altos, eso es algo bueno.2
- Chocolate – Como capricho especial, el chocolate puede tener propiedades que mejoran el estado de ánimo e incluso reducen la tensión. Pero recuerde, la clave es elegir chocolate auténtico (el negro es mejor), y con moderación.2
Empiece ahora: Rompe el ciclo del mal humor y la mala alimentación
Aprovéchate de tentempiés prácticos y saludables, como plátanos o bolsas individuales de frutos secos o zanahorias. Tenlos al alcance de la mano en casa, en el trabajo y en el coche. Ahora, la próxima vez que tenga un antojo o esté de mal humor, podrá tomar algo que le ayude a mejorar su estado de ánimo.
¡Ahora coma bien, para tener ganas de estar sano para siempre!
Fuentes:
1Yau YHC, Potenza MN. Estrés y conductas alimentarias. Minerva endocrinologica. 2013;38(3):255-267.
2Singh M. Mood, food, and obesity. Fronteras de la psicología. 2014;5:925. doi:10.3389/fpsyg.2014.00925.
3Mujcic R, J Oswald A. Evolution of Well-Being and Happiness After Increases in Consumption of Fruit and Vegetables. Am J Public Health. 2016 Aug;106(8):1504-10. doi: 10.2105/AJPH.2016.303260.
4You Are What You Eat: How Food Affects Your Mood. Revista de Ciencias de la Universidad de Dartmouth. 3 de febrero de 2011. Consultado el 10 de mayo de 2018.
5Jun S Lai, Sarah Hiles, Alessandra Bisquera, Alexis J Hure, Mark McEvoy, John Attia; A systematic review and meta-analysis of dietary patterns and depression in community-dwelling adults, The American Journal of Clinical Nutrition, 2014;99(1):181-197