Reflexión
La historia de Jonás trata de alguien que fue rescatado por Dios. Sí, los ninivitas se salvaron, pero la historia también muestra que Dios no se dio por vencido con Jonás. Dios le dio a Jonás una segunda oportunidad (y más). No dejó que huyera, ni que se ahogara. Podría haber llamado fácilmente a otra persona más fiel para ir a Nínive, alguien que tuviera algo de compasión y misericordia hacia los demás. Tal vez usó a Jonás porque éste necesitaba que Dios lo rescatara, no sólo de ahogarse, sino de su duro corazón.
Jonás pensaba que el pueblo de Israel era mejor que los ninivitas, así que no quiso predicarles porque pensaba que Dios sería misericordioso con ellos, ¡y no quería que Nínive recibiera la misericordia de Dios! (¡Por cierto, tenía razón sobre la misericordia de Dios!) Tal vez Dios eligió a Jonás para enseñarle una lección sobre la misericordia.
¿Cómo es usted como Jonás? ¿Luchas por tener siempre la razón? ¿Te falta compasión hacia los demás? ¿Miras con desprecio a otros que crees que son perezosos o que no hacen lo correcto? Si es así, Dios ha prometido trabajar en ti también. Él nunca abandona a los que le pertenecen. En su amor, vendrá a ti y hará todo lo posible por rescatarte. Eso es lo que hizo por Jonás. Eso es lo que hizo Jesús después en la cruz. Eso es lo que hará por ti hoy.
¿Quieres profundizar y aprender más sobre cómo Dios nos rescata? Consulta 2 Samuel 22:17-20, Salmo 18:16-19 y Hebreos 13:6.