En un viaje al extranjero asistí a un simposio médico con presentaciones cortas y consecutivas. Lo que vi fue mucho mejor que el Ambien para conciliar el sueño (¡conté 7 participantes dormidos en la sala!). No tiene por qué ser así.
Si te dan 20 minutos, o 15 minutos, o incluso 5 minutos para exponer tu punto de vista, no necesitas meter todo lo que has aprendido en ese precioso tiempo. No te hará parecer más inteligente.
Echemos un vistazo a lo que es posible. A continuación hay tres charlas TED que me parecen ejemplos sorprendentes de presentaciones cortas.
1) William Kamkwamba: How I Harnessed The Wind
(un ejemplo de 6 minutos)
2) Marla Spivak: Why Bees Are Disappearing
(un ejemplo de 16 minutos)
3) Jane McGonigal: El juego que puede darte 10 años más de vida
(un ejemplo de 20 minutos)
Cómo hacer una presentación de 20 minutos
¿Cómo puedes emular estas presentaciones la próxima vez que te pidan que hagas una presentación breve, en una reunión de personal o en un simposio público? Intenta incorporar los siguientes elementos:
- El título: ¿Quién no quiere saber más con sólo leer estos títulos?
- El gancho: En el primer minuto, hay una razón para que preste atención, ya sea viendo fotos de una tienda de comestibles vacía o cómo puedo aumentar mi vida útil. Hay algo en estas presentaciones para mí.
- Barreras físicas eliminadas: No hay un podio entre el orador y el público. El orador se siente más accesible.
- Ayudas visuales atractivas: Aunque se utiliza PowerPoint, no hay una plantilla única. No hay viñetas. Las diapositivas tienen imágenes vivas y dramáticas y pocas palabras. Incluso las estadísticas y las pruebas científicas son fáciles de digerir.
- Fomentar la escucha activa: La presentación de Jane McGonigal utiliza especialmente esta estrategia dando a la audiencia una tarea al principio («Quiero que penséis en cómo vais a gastar vuestros minutos y horas de vida extra»). También intercala preguntas a lo largo de la presentación, invitando a la audiencia a pensar por un momento antes de continuar.
- Ejemplos concretos de la vida real: Podríamos haber visto el número de personas que no tienen electricidad en Malawi o los gráficos que nos hacen pensar en la ciencia que hay detrás de los juegos, pero los presentadores prefirieron compartir historias y establecer una conexión emocional. Dado que vivimos en el mundo real (y no en la teoría o en los libros), las presentaciones son más apasionantes cuando tratan de lo que hacemos y de cómo los números o las teorías nos afectan realmente.
- Creencia: Cada presentador compartió su pasión a través de su evidente preparación, sus entonaciones de voz y permitieron que sus personalidades se mostraran. No sólo son inteligentes, sino que se preocupan tanto por su tema como por su audiencia.
- Atando cabos: Los ponentes no terminaron simplemente diciendo «gracias». Su agradecimiento a la audiencia consistió en un breve resumen, una recapitulación y una llamada a la acción.
La próxima vez que tenga la oportunidad de presentar, no se limite a hacer lo más fácil. Utiliza algunos de estos elementos y haz lo que tenga sentido.
¿Qué inspiración has obtenido de las charlas TED? ¿Has utilizado esta fórmula para perfeccionar tu presentación de 20 minutos?