Lunes negros

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¿Qué fue el lunes negro?

El lunes negro ocurrió el 19 de octubre de 1987, cuando el índice industrial Dow Jones (DJIA) perdió casi un 22% en un solo día. El suceso marcó el inicio de un declive bursátil mundial, y el Lunes Negro se convirtió en uno de los días más notorios de la historia financiera. A finales de mes, la mayoría de las principales bolsas habían caído más de un 20%.

Los economistas han atribuido el desplome a una combinación de acontecimientos geopolíticos y a la llegada de la negociación con programas informáticos que aceleró la venta.

Las claves

  • El lunes negro se refiere a la caída del mercado de valores que se produjo el 19 de octubre de 1987, cuando el DJIA perdió casi un 22% en un solo día, desencadenando una caída del mercado bursátil mundial.
  • La SEC ha creado una serie de mecanismos de protección, como los frenos a la negociación y los interruptores, para evitar las ventas por pánico.
  • Los inversores pueden tomar medidas preventivas ante la posibilidad de que vuelva a producirse un desplome bursátil similar al del Lunes Negro.
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Lunes Negros

Entendiendo el Lunes Negro

La causa de la caída masiva de la bolsa no puede atribuirse a un solo acontecimiento noticioso, ya que el fin de semana anterior al desplome no se publicó ninguna noticia importante. Sin embargo, varios acontecimientos se unieron para crear una atmósfera de pánico entre los inversores. Por ejemplo, el déficit comercial de Estados Unidos aumentó con respecto a otros países. La negociación informatizada, que todavía no era la fuerza dominante que es hoy, se hacía sentir cada vez más en varias empresas de Wall Street. El crack bursátil de 1987 puso de manifiesto el papel de la innovación financiera y tecnológica en el aumento de la volatilidad de los mercados. En el comercio automático, también llamado comercio programado, la toma de decisiones humana se elimina de la ecuación, y las órdenes de compra o venta se generan automáticamente en función de los niveles de precios de los índices de referencia o de acciones específicas. Antes de la caída, los modelos utilizados tendían a producir una fuerte retroalimentación positiva, generando más órdenes de compra cuando los precios subían y más órdenes de venta cuando los precios empezaban a caer.

Las crisis, como el enfrentamiento entre Kuwait e Irán, que amenazaba con interrumpir el suministro de petróleo, también pusieron nerviosos a los inversores. El papel de los medios de comunicación como factor amplificador de estos acontecimientos también ha sido objeto de críticas. Aunque hay muchas teorías que intentan explicar por qué se produjo el desplome, la mayoría coincide en que el pánico masivo provocó la escalada del desplome.

Puede volver a ocurrir

Desde el lunes negro, se han incorporado al mercado una serie de mecanismos de protección para evitar las ventas por pánico, como los frenos a la negociación y los interruptores automáticos. Sin embargo, los algoritmos de negociación de alta frecuencia (HFT) manejados por superordenadores mueven un volumen masivo en tan sólo milisegundos, lo que aumenta la volatilidad.

El Flash Crash de 2010 fue el resultado de una HFT que salió mal, haciendo que el mercado de valores cayera un 10% en cuestión de minutos. Esto llevó a la instalación de bandas de precios más estrictas, pero el mercado de valores ha experimentado varios momentos de volatilidad desde 2010. El auge de la tecnología y el comercio en línea han introducido más riesgo en el mercado.

En medio de la pandemia mundial de COVID19 de 2020, los mercados perdieron cantidades similares en el mes de marzo, cuando las tasas de desempleo alcanzaron sus niveles más altos desde la Gran Depresión, antes de recuperarse a lo largo del verano de ese año.

Lecciones del lunes negro y otros desplomes del mercado

Un desplome del mercado de cualquier duración es temporal. Muchas de las subidas más pronunciadas del mercado se han producido inmediatamente después de una caída repentina. Los pronunciados descensos del mercado en agosto de 2015 y enero de 2016 fueron ambos caídas del 10%, pero el mercado se recuperó por completo y subió a nuevos o casi nuevos máximos en los meses siguientes.

Siga con su estrategia

Una estrategia de inversión a largo plazo bien concebida y basada en objetivos de inversión personales debería proporcionar la confianza para que los inversores se mantengan firmes mientras todos los demás entran en pánico. Los inversores que carecen de una estrategia tienden a dejar que sus emociones guíen su toma de decisiones. Los inversores que han permanecido invertidos en el índice Standard & Poor’s 500 desde 1987 han obtenido una rentabilidad anualizada del 10,13%.

Oportunidades de compra

Sabiendo que las caídas del mercado son sólo temporales, estos momentos deben considerarse una oportunidad para comprar acciones o fondos. Las caídas del mercado son inevitables. Los inversores inteligentes tienen preparada una lista de la compra de acciones o fondos que serían más atractivos a precios más bajos y compran mientras otros están vendiendo.

Apague el ruido

A largo plazo, las caídas del mercado como el lunes negro son un pequeño parpadeo en el rendimiento de una cartera bien estructurada. Los acontecimientos del mercado a corto plazo son imposibles de predecir, y pronto se olvidan. Los inversores a largo plazo están mejor servidos si dejan de lado el ruido de los medios de comunicación y del rebaño y se centran en sus objetivos a largo plazo.

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