Nadie quiere admitir la posibilidad de que su hijo pueda ser un acosador. Tenemos ideas preconcebidas sobre quiénes son los acosadores y cómo deben ser sus padres. Suponemos que los padres de un acosador deben ser ellos mismos acosadores o negligentes. Pero rara vez es así.
Comencemos por aceptar imparcialmente que un acosador no es necesariamente el producto de una mala crianza. El comportamiento de acoso de su hijo no le convierte en un mal padre, pero sí significa que tendrá que tomar medidas para corregir su comportamiento.
La mayoría de los padres se sienten realmente sorprendidos al descubrir que su hijo acosa a otros. Los acosadores pueden ser socialmente hábiles y parecer individuos sanos y que funcionan bien. A menudo son populares y extrovertidos. El mero hecho de su popularidad o habilidad en algo como el atletismo, puede llevarles a sentirse superiores a los que les rodean. El acoso escolar surge del deseo de alcanzar y mantener el control sobre los demás.
Descubrir y tratar el acoso escolar es tan importante para el bienestar de su propio hijo como para el de aquellos a los que acosa. Las investigaciones demuestran que los acosadores tienen muchas más probabilidades de estar deprimidos, de tener dificultades en la escuela, de ir a la cárcel, de abusar de las drogas y el alcohol y de actuar con violencia a lo largo de su vida. Cuando un acosador se sale con la suya, normalmente no lo supera, sino que desarrolla el hábito de abusar de los demás durante toda su vida.
5 Señales de que su hijo puede acosar a otros
- Se niegan a asumir la responsabilidad de sus actos
Los acosadores tienden a culpar a los demás en lugar de a sí mismos. Les gusta justificar su comportamiento culpando a algo que les han hecho a ellos, o poniendo excusas basadas en algo que la víctima puede haber dicho o hecho. Rara vez, si es que alguna vez lo hacen, admiten que están equivocados en cualquier situación.
- Carecen de empatía
Una de las cosas que permite a un acosador manipular y dominar a otra persona con tanta eficacia es la falta de compasión o consideración por los sentimientos de otra persona. Son incapaces de ver una situación desde una perspectiva distinta a la suya.
Si cree que su hijo puede carecer de sentido de la empatía, hable con él sobre la importancia de respetar los sentimientos de los demás. Incluso puede considerar la posibilidad de que su hijo se ofrezca como voluntario en un albergue para personas sin hogar o en otra organización que ayude a las personas que atraviesan circunstancias difíciles en su vida. Informe a su hijo sobre lo que observa durante el voluntariado. Anímele a escuchar las historias de la gente.
La lectura de literatura es otra forma estupenda de que los niños aprendan inteligencia emocional. Les permite ver otra perspectiva y les expone a la vida emocional del personaje.
- Necesitan tener el control
El acoso es un intento, mediante palabras o acciones, de imponer el control sobre otra persona. Los acosadores son muy conscientes de la jerarquía social de sus escuelas, y manipulan y dominan a los demás para mantener o aumentar su estatus social.
La intención es que la otra persona haga exactamente lo que el acosador quiere. Cuando la otra persona se niega a ser controlada por el acosador, lo más probable es que éste se enfade y se frustre.
- Han sido víctimas del acoso
A veces las víctimas recurren al acoso en un intento de recuperar parte de la confianza en sí mismas que perdieron al ser acosadas. Pueden pensar que el acoso es la única manera de salir adelante en el clima social de su escuela. Es esencial que los padres de las víctimas hagan saber a sus hijos que el acoso nunca es un comportamiento aceptable.
- Son orgullosos y/o arrogantes
Aunque tendemos a pensar que los acosadores son personas con baja autoestima que intentan compensar con agresiones, la mayoría de los acosadores tienen en realidad una alta autoestima. Es el desprecio por la otra persona lo que les lleva a atacar, no la actitud defensiva.
Todos queremos que nuestros hijos se sientan bien consigo mismos, pero existe el peligro de que algunos lleven su opinión sobre sí mismos demasiado lejos y crean que son mejores que sus compañeros. Asegúrate de que, cuando eduques a tu hijo, incluyas conversaciones sobre el valor y el respeto a otras personas. Además, asegúrate de modelar esto para tus hijos en tus propias interacciones con la gente. Tenga en cuenta que ellos aprenden tanto de lo que usted hace como de lo que dice. Si tiene dudas sobre cómo perciben sus hijos estas interacciones, pregúnteles.
Lea más sobre lo que debe y no debe hacer si su hijo es el acosador.