Aunque una pareja puede ser incapaz de concebir por cualquier número de razones, muchas están relacionadas con cuestiones anatómicas básicas. Las condiciones deben ser las correctas para la concepción, por lo que si alguna de las funciones no funciona, puede ser todo un reto lograr el embarazo.
Una de las causas de la infertilidad femenina que es más común de lo que se cree es algo llamado moco cervical hostil, a menudo referido como un útero hostil.
¿Qué es el moco cervical hostil?
Aunque el término se intercambia casualmente con el de útero hostil, está relacionado muy específicamente con el fluido secretado por las glándulas del útero. Conocido como moco cervical o fluido cervical, es lo que ayuda a los espermatozoides a llegar a las trompas de Falopio para fecundar un óvulo.
La textura, el grosor y la consistencia del moco cervical cambian a lo largo del ciclo de la mujer. Cuando se acerca a la ovulación y es más fértil, el moco suele ser claro, fino y acuoso para ayudar a que los espermatozoides avancen. Sin embargo, en el 20% de las mujeres este cambio no se produce y el moco puede volverse más espeso. La consistencia del moco cervical hostil impide la penetración de los espermatozoides e incluso puede destruirlos.
¿Qué causa un útero hostil?
Hay varios factores que pueden hacer que el cuerpo produzca un moco cervical hostil y, por tanto, tener un útero hostil. Los desequilibrios hormonales son los más comunes, siendo el estrógeno bajo el factor más importante. El estrógeno, que es la principal hormona sexual femenina, es responsable de la regulación del sistema reproductor femenino. Las mujeres con insuficiencia ovárica prematura, anorexia o que utilizan medicamentos con hormonas gonadotropinas suelen presentar desequilibrios caracterizados por un nivel bajo de estrógenos.
El pH reducido del moco cervical es otro problema. Ciertas infecciones, como la vaginosis bacteriana, pueden cambiar la acidez del sistema reproductivo; los espermatozoides responden mejor a un entorno alcalino. Las infecciones deben tomarse en serio, porque si no se tratan pueden causar daños permanentes. Una infección como la enfermedad inflamatoria pélvica se extiende desde la vagina hasta el útero y las trompas de Falopio. Esto puede causar daños en las trompas, imposibilitando así la penetración de los espermatozoides. Estas infecciones uterinas pueden causar infertilidad y deben tratarse rápidamente.
Otras causas de moco cervical hostil incluyen la presencia de células inflamatorias en el cuello uterino que hacen que el moco se espese. Incluso pueden producir una proteína inmunitaria, o anticuerpo, que recubre el moco y ataca directamente a los espermatozoides.
¿Se puede curar un útero hostil?
Con un tratamiento médico adecuado, el moco cervical hostil puede corregirse. En primer lugar, el médico querrá confirmar el origen del problema analizando una muestra de moco cervical entre 8 y 12 horas después del coito para comprobar la motilidad o el movimiento de los espermatozoides vivos. Si se encuentran menos de 20 espermatozoides en movimiento activo por campo, es probable que su médico le recomiende más pruebas y tratamiento.
Los médicos suelen recetar etinilestradiol, un estrógeno sintético que aumenta la fluidez del moco. Un enfoque popular y más natural es el aceite de onagra. Se cree que este suplemento de hierbas, que debe utilizarse bajo la supervisión de un profesional médico, mejora la calidad del moco cervical e incluso lo hace más fértil. Si estos métodos no funcionan, una inseminación intrauterina (IIU) suele tener éxito. Dado que el esperma se inyecta directamente en el útero, evita por completo el moco hostil.
¿Afecta un útero hostil al embarazo?
Incluso si una mujer es capaz de concebir con éxito, puede encontrar otros problemas con su útero. El aumento de los niveles hormonales, especialmente de la progesterona relacionada con el tratamiento de fertilidad, puede crear lo que se conoce como un útero inhóspito para la implantación de un embrión.
Otros problemas médicos, como los pólipos, el tejido cicatricial y la endometriosis, pueden crear entornos hostiles para un embrión. Algunas afecciones, como la enfermedad inflamatoria pélvica, son muy tratables cuando se detectan rápidamente y pueden tratarse con una ronda de antibióticos.
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