Abstract
El síndrome de dolor regional complejo es un trastorno de dolor crónico caracterizado por rasgos autonómicos e inflamatorios. Se presenta de forma aguda en aproximadamente el 7% de los pacientes que tienen fracturas de extremidades, cirugía de extremidades u otras lesiones. Muchos casos se resuelven en el primer año, y un subgrupo más pequeño evoluciona a la forma crónica. Esta transición suele ir acompañada de un cambio del «síndrome de dolor regional complejo cálido», en el que dominan las características inflamatorias, al «síndrome de dolor regional complejo frío», en el que dominan las características autonómicas. Parece que están implicados múltiples mecanismos periféricos y centrales, cuyas contribuciones relativas pueden variar entre individuos y a lo largo del tiempo. Entre los posibles contribuyentes se encuentran la sensibilización periférica y central, los cambios autonómicos y el acoplamiento simpático-afectivo, las alteraciones inflamatorias e inmunitarias, los cambios cerebrales y los factores genéticos y psicológicos. El síndrome se diagnostica únicamente sobre la base de los signos y síntomas clínicos. El tratamiento eficaz de la forma crónica del síndrome suele ser un reto. Se dispone de pocos ensayos controlados aleatorios de alta calidad que apoyen la eficacia de las intervenciones más utilizadas. Las revisiones de los ensayos aleatorios disponibles sugieren que la fisioterapia y la terapia ocupacional (incluidas las imágenes motoras graduadas y la terapia de espejos), los bifosfonatos, la calcitonina, la ketamina intravenosa subanestésica, los eliminadores de radicales libres, los corticosteroides orales y la estimulación de la médula espinal pueden ser tratamientos eficaces. Se recomienda una atención clínica multidisciplinar, centrada en terapias centradas en la función. Se utilizan otras intervenciones para facilitar el compromiso con las terapias funcionales y para mejorar la calidad de vida.