Cómo funciona
Los competidores saltan sin ayuda y despegan desde un pie sobre una barra horizontal de cuatro metros de largo. Intentan superar la mayor altura sin tirar la barra al suelo.
Todos los competidores tienen tres intentos por altura, aunque pueden optar por «pasar», es decir, avanzar a una altura mayor a pesar de no haber superado la actual. Tres fallos consecutivos en la misma altura, o combinación de alturas, causan la eliminación de un competidor.
Si los competidores están empatados en la misma altura, el ganador habrá tenido el menor número de fallos en esa altura. Si los competidores siguen empatados, el ganador habrá tenido el menor número de fallos en toda la competición. A partir de entonces, el ganador se decidirá en una prueba de salto.
Historia
Los concursos de salto de altura eran populares en Escocia a principios del siglo XIX, y la prueba se incorporó a los primeros Juegos Olímpicos modernos en 1896.
De las pruebas de campo, el salto de altura es quizá la que ha sufrido los cambios más radicales de técnica. El Eastern Cut-off, el Western Roll y el Straddle son métodos que han sido utilizados anteriormente por la élite mundial. Sin embargo, el Fosbury Flop, que consiste en saltar de espaldas al listón y que se hizo posible con la introducción de camas de aterrizaje de espuma a principios de la década de 1960 y que fue popularizado por el campeón olímpico de 1968 Dick Fosbury, es ahora preeminente.
¿Sabías que
En 1956 y 1957 muchos de los mejores saltadores utilizaban zapatillas construidas, con suelas de hasta cinco centímetros. Yuriy Stepanov, de la Unión Soviética, logró el entonces récord mundial de altura de 2,16 metros en 1957 con este tipo de calzado, pero la IAAF lo prohibió al año siguiente.
Estándar de oro
Ruth Beitia se convirtió en la primera medallista de oro olímpica de atletismo de España, y en la ganadora de una prueba de mayor edad, al imponerse en los Juegos Olímpicos de Río 2016.