El tratamiento inicial para la tendinopatía del cuádriceps y la rotuliana implica un reposo relativo, disminuyendo la frecuencia de la actividad o evitando las actividades que suponen una carga para los tendones, como correr y saltar. Las actividades de entrenamiento cruzado que implican una menor carga para el tendón, como el ciclismo o la natación, pueden realizarse normalmente para mantener la aptitud cardiovascular mientras se evita o se disminuye la frecuencia de las actividades que causan dolor.
La fisioterapia es un componente muy importante en el tratamiento de la tendinopatía rotuliana y del cuádriceps. La realización de ejercicios específicos de fortalecimiento, como los ejercicios excéntricos o el entrenamiento de resistencia lenta y pesada que está diseñado para aumentar gradualmente la carga a través de los tendones del cuádriceps y la rótula con el tiempo, permite que los tendones se fortalezcan. Esto permite que los tendones soporten mejor las elevadas tensiones a las que se ven sometidos con actividades como correr y saltar. Los ejercicios de estiramiento también pueden ser beneficiosos si hay músculos tensos en el muslo. Además, mejorar la técnica de carrera y la técnica de aterrizaje al saltar puede ser beneficioso.
Si el dolor y la disfunción persisten a pesar del reposo relativo y la fisioterapia, pueden considerarse otras opciones de tratamiento. Entre ellas se encuentra la terapia de ondas de choque extracorpóreas, que utiliza ondas sonoras para estimular la curación. Los procedimientos de medicina regenerativa, como la inyección de plasma rico en plaquetas (PRP) en la zona dañada del tendón rotuliano o del cuádriceps, pueden estimular el proceso natural de curación del cuerpo. Se puede realizar un desbridamiento percutáneo del tendón por ultrasonidos. Se trata de un procedimiento mínimamente invasivo que implica el uso de energía ultrasónica para romper y eliminar el tejido dañado dentro del tendón. El tratamiento no quirúrgico tiene éxito en la mayoría de los pacientes con tendinopatía rotuliana y del cuádriceps, pero la cirugía abierta o artroscópica puede considerarse para los pacientes con dolor y disfunción persistentes.