Entender la ciencia del miedo
«El miedo es nuestra respuesta de supervivencia», dice el psicólogo clínico de Northwestern Medicine Zachary Sikora, PsyD. Algunas personas -los aficionados a las montañas rusas y a las películas de terror- prosperan con él, mientras que otras lo evitan. ¿Te has preguntado alguna vez por qué?
El miedo es físico
El miedo se experimenta en tu mente, pero desencadena una fuerte reacción física en tu cuerpo. En cuanto reconoces el miedo, tu amígdala (pequeño órgano situado en el centro del cerebro) se pone a trabajar. Alerta a su sistema nervioso, que pone en marcha la respuesta de miedo de su cuerpo. Se liberan hormonas del estrés como el cortisol y la adrenalina. La presión arterial y el ritmo cardíaco aumentan. Empiezas a respirar más rápido. Incluso el flujo sanguíneo cambia: la sangre sale del corazón y se dirige a las extremidades, lo que facilita que empieces a dar puñetazos o a correr para salvar tu vida. Su cuerpo se está preparando para la lucha o la huida.
El miedo puede hacer que se nuble
Mientras algunas partes de su cerebro se aceleran, otras se apagan. Cuando la amígdala percibe el miedo, la corteza cerebral (área del cerebro que se encarga del razonamiento y el juicio) se ve afectada, por lo que ahora es difícil tomar buenas decisiones o pensar con claridad. Como resultado, es posible que grites y levantes las manos cuando se te acerque un actor en una casa encantada, incapaz de racionalizar que la amenaza no es real.
El miedo puede convertirse en placer
¿Pero por qué la gente a la que le gustan las montañas rusas, las casas encantadas y las películas de terror disfruta dejándose atrapar por esos momentos de miedo y estrés? Porque la emoción no termina necesariamente cuando la atracción o la película terminan. A través del proceso de transferencia de la excitación, el cuerpo y el cerebro permanecen excitados incluso después de que la experiencia de miedo haya terminado.
«Durante una experiencia de miedo escenificada, el cerebro producirá más de una sustancia química llamada dopamina, que provoca placer», dice el Dr. Sikora.
El miedo no es una fobia
Si después de ver «Tiburón» se siente un poco incómodo al nadar en el océano, la película logró lo que se proponía. Pero si se encuentra aterrorizado, traumatizado e incapaz de funcionar ante la mera idea de tomar el sol en la playa, puede que esté experimentando algo más que miedo.
La diferencia entre miedo y fobia es sencilla. Los miedos son reacciones comunes a eventos u objetos. Pero un miedo se convierte en una fobia cuando interfiere con su capacidad para funcionar y mantener una calidad de vida constante. Si empieza a tomar medidas extremas para evitar el agua, las arañas o las personas, es posible que tenga una fobia.
El miedo le mantiene a salvo
«El miedo es una condición natural y biológica que todos experimentamos», dice el doctor Sikora. «Es importante que experimentemos el miedo porque nos mantiene a salvo»
El miedo es una emoción humana compleja que puede ser positiva y saludable, pero también puede tener consecuencias negativas. Si un miedo o fobia afecta a su vida de forma negativa e inconveniente, hable con su proveedor de atención primaria, que puede ayudarle a determinar el tipo de tratamiento que podría necesitar.