¿Cómo defines a un infiel? Un sinvergüenza deshonesto, una persona egoísta y despreocupada por el mundo que le rodea. Ser un amante responsable e ideal requiere un grado de compromiso, honestidad y verdad. Con estas cosas, es más fácil llevar una relación.
El que engaña no piensa realmente en preservar, más bien piensa en expurgar y liberar. ¿Qué es una relación sin cierta lealtad y certeza? Es importante tener en cuenta los efectos y las consecuencias de engañar cuando se mira lo que se quiere proteger, más que la satisfacción inmediata que se va a conseguir.
Una vez pude creer que estar con otra mujer me liberaría y me daría algo que le faltaba a mi relación, pero la verdad es que no hay refugio en otro lugar: sólo devastación para tu propio yo y para tu relación.
El verdadero amor nunca implica engañar. Tu pareja debe protegerte y velar por tus intereses, queriendo siempre que seas feliz. Si has engañado en el pasado, puede que te estés mintiendo sobre tus verdaderos sentimientos. Estas son algunas de las razones por las que no amas a la persona a la que engañaste, aunque digas que lo haces.
No estás siendo desinteresado
¿Cómo puedes decir que amas a alguien cuando no estás dispuesto a hacer algún compromiso y dejar pasar algunas cosas? El verdadero amor es desinteresado y sacrificado. Y no hay nada desinteresado y sacrificado en engañar a tu pareja.
No eres sólido en la relación
Cuando el engaño entra en juego, puedes pensar que amas a tu pareja, sin embargo ese amor es uno que se tambalea fácilmente. El verdadero amor es sólido. Es estable y completo. No necesita nada extra. Cuando el amor no puede ser consistente y estable, entonces no es amor verdadero y no significa mucho.
No eres conflictivo cuando es necesario
Si te importa y tienes sentimientos profundos, no huyes de la persona que te importa ni buscas otra salida para obtener placer. He conocido a personas que decían ser infieles porque sólo querían utilizarlo como desahogo, como medio para afrontar algún problema. Querían explorar y emprender una aventura porque se sentían inquietos. Si amas a tu pareja de verdad, te enfrentas a esos problemas de frente y en equipo. Ambas partes necesitan estar presentes para hacer oír su voz en una relación de trabajo.
No abrazas lo positivo de tu relación
Se supone que el amor es un estado positivo del ser. La alegría, la riqueza, la profundidad y la confianza nacen del amor. Los infieles dan por sentado estas cosas y siempre quieren algo más. Lo que no tienen en cuenta es que las consecuencias del engaño son todas negativas: culpa, desconfianza, mentiras y traición. Puede que te resulte fácil dar por sentado el amor, pero los que se toman el amor en serio comprenden que toda su grandeza supera cualquier placer inmediato obtenido al engañar.
No aceptas a tu pareja
El amor no es indirecto. Nunca se desvía, divaga o se distrae. El verdadero amor significa aceptar de verdad a tu pareja y todo lo que conlleva. Si estás en el camino correcto, también buscarás la aceptación de tu pareja, en lugar de buscar otras alternativas. Si engañas, significa que, en algún nivel, no has aceptado del todo a tu pareja y a la relación.
No eres creyente
Cuando la gente me dice que le parece bien engañar, me hago esta pregunta: ¿creen en las acciones que están realizando? Cuando quieres a alguien, crees en lo que esa persona te dice y esperas lo mismo a cambio. Así nace la confianza. Engañar es una violación de esto. Si se quita esta confianza y creencia, ¿qué queda de la relación? Si crees que el verdadero amor implica engañar en cualquier sentido, te estás engañando a ti mismo.
A fin de cuentas, engañar es engañar: está mal. Puede estar bien admirar a los demás cuando estás en una relación amorosa, pero tomar medidas o perseguir algo que vaya en contra de tu relación no es amor. Es veneno. Si amas de verdad a alguien, no engañar es fácil.
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