Recarga
El agua que se encuentra en los acuíferos se repone mediante el drenaje a través del suelo, que suele ser un proceso lento. Este drenaje se denomina recarga de las aguas subterráneas. Las tasas de recarga de las aguas subterráneas son mayores cuando los aportes de la lluvia al suelo superan las pérdidas por evapotranspiración. Cuando el nivel freático es profundo, el agua del acuífero puede ser excesivamente antigua, posiblemente como resultado de un régimen climático pasado. Un buen ejemplo es el agua del sistema acuífero de arenisca de Nubia, que se extiende por varios países en una zona que ahora es el Sahara. El agua se utiliza ampliamente para el suministro de agua y el riego. Las técnicas de datación por radioisótopos han demostrado que esta agua tiene muchos miles de años. Del mismo modo, el enorme acuífero Ogallala de las Grandes Llanuras de Estados Unidos ya no recibe la recarga de agua de las Montañas Rocosas que lo formaron durante la época del Plioceno (hace entre 5,3 y 2,6 millones de años). El uso de esa agua, que no se recarga bajo el régimen climático actual, se conoce como minería de aguas subterráneas.
En muchos acuíferos, los niveles de agua subterránea han disminuido drásticamente en los últimos tiempos. Esto se debe normalmente al desvío de las fuentes de agua superficiales, así como a la excesiva extracción de agua subterránea para el riego y otros usos. Este agotamiento aumenta los costes de bombeo, hace que los pozos y los ríos se sequen y, cuando un acuífero costero está en contacto hidráulico con el agua del mar, puede provocar la intrusión de agua salina. Se ha intentado aumentar la recarga mediante el uso de aguas residuales y la acumulación del exceso de caudal de los ríos.
Los editores de la Encyclopaedia Britannica