Estimado lector,
Aunque la diverticulosis asintomática es común en los estadounidenses, la diverticulitis tiene una serie de factores de riesgo reconocidos que pueden aumentar la probabilidad de que los brotes ocurran con más o menos frecuencia – sin embargo, el estrés no está entre ellos. Dicho esto, el hecho de que no exista una relación directa, no significa que no desempeñe un papel en algunas personas. Para aquellos que no estén familiarizados con las condiciones y la relación entre ambas: la diverticulosis ocurre cuando una persona desarrolla divertículos, o pequeñas protuberancias, en las paredes de sus intestinos grueso y delgado, estómago o esófago. Los divertículos suelen ser benignos, pero a veces pueden infectarse o inflamarse, dando lugar a una enfermedad llamada diverticulitis. Los síntomas que pueden aparecer cuando los divertículos se inflaman incluyen estreñimiento o diarrea, náuseas, vómitos, fiebre y escalofríos. Algunas personas (pero no todas) también pueden experimentar una hemorragia asociada a un ataque de diverticulitis, que se hace evidente al defecar. Siga leyendo para obtener más información sobre los factores asociados a la diverticulitis, el papel que puede desempeñar el estrés en quienes padecen esta enfermedad y algunas estrategias de prevención.
Los factores de riesgo de la diverticulitis son:
- Envejecer: No se conoce la razón exacta, pero las personas mayores de 40 años tienen una mayor incidencia de diverticulitis
- Llevar una dieta baja en fibra: En relación con esto, los que tenían dietas bajas en fibra que también eran altas en grasa total y carne roja tenían un mayor riesgo.
- Genes: Aunque se necesita más investigación, algunos expertos creen que algunas personas están genéticamente predispuestas a la enfermedad.
- Tener bajos niveles de actividad física: En algunos estudios, las personas con mayor riesgo de padecer la enfermedad tenían niveles bajos de actividad física. Las personas que realizaban una actividad física intensa (por ejemplo, correr o trotar) eran las que presentaban un menor riesgo.
- Obesidad y tabaquismo: Aunque no se conocen los mecanismos de estos factores de riesgo, la obesidad y el tabaquismo se asocian a un mayor riesgo de diverticulitis.
- Uso de ciertos medicamentos: Hay algunas pruebas que sugieren que el uso de antiinflamatorios no esteroideos (AINE), esteroides y opiáceos también puede aumentar el riesgo de padecer la enfermedad.
Aunque el estrés no se encuentra entre estos factores, eso no significa que no contribuya a los ataques de diverticulitis que sufren algunas personas. Muchas personas luchan con el autocuidado cuando están estresadas, y eso puede significar que son menos propensas a practicar conductas de estilo de vida saludable (por ejemplo, optar por alimentos menos nutritivos, no moverse tanto o usar el tabaco como estrategias de afrontamiento). Esto significa que su pregunta es fundamental, ya que el conocimiento de los factores de riesgo establecidos puede ayudar a tomar decisiones que limiten el impacto de la diverticulitis en la vida de las personas.
En este sentido, comer más fibra en la dieta, mantenerse activo físicamente y beber suficientes líquidos (para ayudar a mover la fibra a través del sistema) son estrategias recomendadas para evitar la diverticulitis. Dado que todas estas medidas contribuyen a la salud en general, es una buena idea añadir a la lista una forma saludable de afrontar el estrés. Por último, trabajar con un proveedor de atención médica puede ayudar a informar sobre las medidas específicas que se deben tomar para prevenir y controlar los ataques de diverticulitis.