La terapia acuática puede que no sea una terapia «de referencia» para la defensividad táctil, pero un estudio de caso de nuestros archivos muestra cómo puede tener un impacto significativo en el progreso de un niño. La defensividad táctil es un trastorno del procesamiento sensorial en el que el cuerpo percibe la información de forma diferente y puede hacer que incluso el contacto más suave y cariñoso sea una experiencia traumática.
En este estudio de caso, Helen, que tiene Síndrome de Down, es extremadamente sensible al tacto, especialmente en sus manos, pies y boca. El tacto en esas zonas le causaba dolor y la distraía rápidamente de una actividad. Cuando terminó la fisioterapia, sus fisioterapeutas le sugirieron que probara la terapia acuática para seguir mejorando. Su terapeuta acuática, Julie Mortenson, trabajó individualmente con Helen para mejorar su capacidad de seguir instrucciones y reducir el impacto de la defensiva táctil en sus actividades de la vida diaria.
Usando una piscina HydroWorx 2000 Series en el Hospital Infantil de St. Normalmente pensamos en el uso de la cinta de correr subacuática como una modalidad de entrenamiento de la marcha, pero en este caso Mortenson se fijó el objetivo de utilizar la cinta de correr como una forma de practicar el seguimiento de direcciones complejas con entrada sensorial de una manera segura y equilibrada.
Este uso único de la terapia acuática y la piscina HydroWorx es un gran recordatorio de cómo un poco de creatividad y mucho trabajo duro pueden tener resultados sorprendentes e impresionantes!
Mira la historia de Helen aquí: