Entender cómo y por qué un acosador utiliza un comportamiento agresivo es clave para saber cómo manejar la situación.
Los niños acosan por muchas razones.
Los padres abusivos o demasiado estrictos pueden hacer que los niños actúen y continúen el ciclo de lo que han aprendido en casa.
Una razón común por la que un niño es un acosador es porque carece de la atención de un padre en casa y arremete contra otros para obtener atención. Esto puede incluir a los niños desatendidos, los hijos de padres divorciados o los niños con padres bajo la influencia habitual de las drogas/el alcohol.
Los hermanos mayores también pueden ser la causa del problema. Si han sido acosados, son más propensos a acosar a un hermano menor para sentirse más seguros o empoderarse.
Y no podemos descartar que haya modelos adultos que sean acosadores. Esto puede incluir a los padres, profesores, entrenadores, etc. A veces el comportamiento de acoso proviene de una falta de disciplina.
Los padres deben entender que no pueden ser los amigos de sus hijos. Deben ser padres y utilizar la disciplina cuando sea necesario. Ser el modelo de su hijo es mucho más importante.
Aunque algunos padres no disciplinan a sus hijos por diversas razones, es importante tener en cuenta que los niños anhelan la disciplina. Dependen de tu estructura, de tus reglas y de que les enseñes el camino correcto.
Cuando los niños no son disciplinados, se comportan mal. Y cuando no se utiliza la disciplina, los niños pueden desarrollar comportamientos para compensar su madurez e inseguridades.
Muchos acosadores quieren ser populares o tienen un sentido de derecho. Quieren que se les admire y a menudo esperan que todo el mundo se comporte según sus deseos. Los niños acosadores a menudo carecen de empatía y no se les enseña a pensar en cómo sus acciones hacen sentir a otras personas.
Algunos niños pueden ser acosados y acosar a otros, otros lo hacen «porque sí» y otros lo hacen porque ansían atención. Algunos niños sufren de baja autoestima. Algunos niños tienen problemas de aprendizaje y problemas de salud mental que pueden hacer que se comporten así.
El comportamiento de acoso es un aviso de que el niño no ha aprendido a controlar su agresividad. Un niño que acosa necesita asesoramiento profesional para llegar a la raíz del problema y aprender formas saludables de interactuar con la gente. El asesoramiento puede llevar al niño a descubrir por qué el acoso es hiriente y puede enseñarle empatía. El asesoramiento familiar también puede ayudar a reducir la ira y a mejorar las relaciones interpersonales.
En definitiva, los acosadores son inseguros y utilizan el comportamiento abusivo para sentirse poderosos y seguros. Se sugiere llegar a la raíz de su comportamiento y modificar su conducta a través del asesoramiento.