Entrenar el cerebro para sentir menos dolor

author
3 minutes, 34 seconds Read

El cerebro controla el cuerpo y el cuerpo afecta al cerebro. Ahora, los científicos han encontrado una forma de dar la vuelta al sistema.

Con la práctica, un nuevo estudio sugiere que las personas pueden utilizar sus mentes para cambiar la forma en que sus cerebros afectan a sus cuerpos. En concreto, observando la actividad en un escáner cerebral, las personas pueden entrenar sus cerebros para procesar el dolor de forma diferente y reducir la cantidad de dolor que sienten.

Al observar la actividad en un escáner cerebral, las personas pueden entrenar sus cerebros para procesar el dolor de forma diferente y reducir la cantidad de dolor que sienten. La imagen de una llama a la izquierda representa un bajo nivel de actividad en una determinada región del cerebro, y la de la derecha muestra un alto nivel de actividad cerebral en la misma región.

Proceedings of the National Academy of Sciences

Los investigadores trabajaron con 32 voluntarios sanos, de entre 18 y 37 años. Para empezar, los voluntarios recibieron un pulso de calor en las piernas. Los pulsos de calor podían variar en intensidad. En una escala del uno al 10 (siendo el 10 «el peor dolor imaginable»), debían informar cuando la intensidad del dolor que sentían era superior al 7.

Docentes y padres, inscríbanse en The Cheat Sheet

Actualizaciones semanales para ayudarles a utilizar Science News for Students en el entorno de aprendizaje

Usando una máquina de exploración cerebral llamada escáner fMRI, los científicos pudieron ver que este nivel de dolor desencadenaba una gran actividad en una parte del cerebro llamada corteza cingulada anterior rostral.

A continuación, ocho de los voluntarios se sometieron a un entrenamiento cerebral. Los científicos los conectaron a máquinas que les permitían ver lo que ocurría en sus propias cortezas cinguladas anteriores rostrales. La imagen de una llama crecía cuando había mucha actividad allí y se reducía cuando había menos.

Después de 39 minutos de práctica, los investigadores descubrieron que los voluntarios eran capaces de controlar el tamaño de la llama y, por tanto, sus niveles de dolor, incluso con la misma intensidad de calor en las piernas. Los ejercicios mentales, como pensar en algo más que en el dolor, parecían ayudar.

A los otros 24 voluntarios también se les dijo que trataran de cambiar el nivel de actividad en sus córtex cingulados anteriores rostrales, pero no pudieron ver lo que ocurría allí. A veces, podían ver la actividad cerebral en otras partes de sus cerebros o la actividad cerebral en los cerebros de otras personas. Sin embargo, sin una retroalimentación directa, no eran capaces de cambiar el nivel de actividad en la parte correcta del cerebro o la cantidad de dolor que sentían por el calor.

Estos escaneos cerebrales fMRI muestran varios niveles de actividad (colores) en una parte del cerebro llamada corteza cingulada anterior rostral.

Procedimientos de la Academia Nacional de Ciencias

En las etapas finales de su estudio, los científicos administraron este tipo de entrenamiento cerebral a ocho personas que padecen dolor crónico, lo que significa que tienen un dolor recurrente gran parte del tiempo que se interpone en sus vidas. Al final del experimento, todos los pacientes dijeron sentir menos dolor cuando la actividad en la corteza cingulada anterior rostral disminuyó. Los pacientes con dolor crónico que practicaron otros tipos de retroalimentación no obtuvieron los mismos beneficios.

Los científicos llevan mucho tiempo luchando por entender el dolor. Esta nueva investigación podría ayudar a mejorar la vida de las personas que tienen que vivir con él.E. Sohn

Cómo profundizar:

Bower, Bruce. 2005. El entrenamiento del cerebro pone un gran daño al dolor intenso: Los voluntarios aprenden a traducir los datos de las imágenes en una herramienta de control neuronal. Science News 168(Dic. 17):390. Disponible en http://www.sciencenews.org/articles/20051217/fob5.asp .

Puede obtener más información sobre la investigación del dolor de Sean Mackey en la Universidad de Stanford en mednews.stanford.edu/releases/2005/december/pain.html, paincenter.stanford.edu/research/index.html y paincenter.stanford.edu/research/rtfmristudy.html (Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford).

Similar Posts

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.