La hepatitis C es una forma de hepatitis vírica que provoca la inflamación del hígado y puede dañar las células hepáticas.
El virus de la hepatitis C generalmente produce una enfermedad leve sin síntomas o con síntomas sutiles en sus primeras etapas. Sin embargo, es mucho más probable que, en comparación con otros tipos de hepatitis vírica, llegue a causar una enfermedad hepática crónica.
Existen diferentes cepas del virus de la hepatitis C, que influyen en la forma en que el virus se replica en el organismo, en el curso de la enfermedad y en la respuesta de ésta al tratamiento.
La disponibilidad de nuevos medicamentos antivirales que tratan todas las cepas significa que la hepatitis C se ha convertido en una enfermedad potencialmente curable. Sin embargo, actualmente no existe ninguna vacuna para prevenir la infección por hepatitis C.
Transmisión
El virus de la hepatitis C se transmite a través del contacto estrecho con la sangre de una persona infectada. Las transfusiones de sangre eran una fuente importante de infección por hepatitis C en el pasado, pero desde 1992 toda la sangre donada en Nueva Zelanda se somete a pruebas de detección de los virus de la hepatitis.
La transmisión puede producirse al compartir agujas para inyectarse drogas, y al realizar tatuajes o perforaciones corporales con equipos no esterilizados. Cada año, alrededor de 1.000 neozelandeses se infectan con el virus de la hepatitis C pero, en muchos casos de hepatitis C, no es posible rastrear el origen de la infección.
Existe un pequeño riesgo de que la hepatitis C pueda transmitirse a través de las relaciones sexuales. Este riesgo es menor que el de transmitir la hepatitis B o el SIDA. El riesgo de transmisión al bebé durante el embarazo o el parto es bajo.
Síntomas
Síntomas de la hepatitis C aguda
Una pequeña proporción de personas infectadas por el virus de la hepatitis C enfermará de hepatitis C aguda (de corta duración).
Los síntomas incluyen dolor en las articulaciones, pérdida de apetito, náuseas, cansancio, fiebre, dolor abdominal e ictericia (coloración amarilla de la piel y los ojos). La hepatitis C aguda suele ser una enfermedad leve de la que la mayoría de las personas se recuperan en un plazo de cuatro a ocho semanas.
Algunas personas infectadas por el virus de la hepatitis C se deshacen completamente de él. Sin embargo, en alrededor del 75% de los casos el virus permanece en el organismo. Estas personas se denominan portadores crónicos.
Debido a que algunas personas infectadas por el virus de la hepatitis C no desarrollan la enfermedad aguda, pueden no ser conscientes de que son portadores crónicos. Sin embargo, pueden transmitir el virus a otras personas. Se calcula que hay aproximadamente 50.000 portadores crónicos del virus de la hepatitis C en Nueva Zelanda. De hecho, la cifra puede ser mucho mayor debido a que entre el 50 y el 60% de las personas infectadas desconocen que tienen la enfermedad.
Síntomas de la hepatitis C crónica
Los portadores crónicos de la hepatitis C corren el riesgo de padecer una enfermedad hepática crónica (a largo plazo), que provoca daños progresivos en el hígado.
Los síntomas de la enfermedad hepática crónica pueden no manifestarse durante muchos años, en algunos casos décadas. Los primeros síntomas incluyen fatiga leve, sensación de malestar e intolerancia al alcohol.
Las complicaciones graves de la enfermedad hepática crónica, como la fibrosis y la cirrosis (cicatrización del hígado), pueden no manifestarse hasta 20 ó 50 años después de la infección por el virus. Las personas con cirrosis pueden llegar a desarrollar insuficiencia hepática o cáncer de hígado. La hepatitis C es el principal motivo de trasplante de hígado en Nueva Zelanda.
Las personas con enfermedad hepática crónica también corren el riesgo de desarrollar una combinación de síntomas que incluyen dolor en las articulaciones, debilidad muscular e irritaciones de la piel. Los riñones y el cerebro también pueden verse afectados. La enfermedad tiende a progresar más rápidamente en los portadores crónicos que son varones, los que tienen más de 40 años de edad y los que beben alcohol.
Diagnóstico
Se puede sospechar de la existencia de la hepatitis C si se experimentan síntomas vagos de malestar asociados a pruebas de la función hepática anormales o a un hígado hinchado.
Los análisis de sangre pueden confirmar la presencia del virus en la sangre o determinar si el paciente ha estado expuesto al virus en el pasado.
Si se diagnostica la hepatitis C, se realizarán más análisis de sangre para comprobar la función hepática y puede recomendarse un FibroScan para comprobar si hay daños en el hígado en forma de fibrosis o cirrosis. El FibroScan es una alternativa indolora a la biopsia hepática (un procedimiento quirúrgico para tomar una pequeña muestra de tejido hepático) que utiliza ultrasonidos para medir el grado de cicatrización del hígado.
Tratamiento
El objetivo del tratamiento farmacológico es eliminar el virus de la hepatitis C del organismo y evitar que el hígado siga sufriendo daños.
Los nuevos medicamentos antivirales son un gran avance en el tratamiento de la hepatitis C, con tasas de curación superiores al 90%. Uno de estos medicamentos -Maviret- está disponible en Nueva Zelanda y financiado por PHARMAC. Puede ser recetado por un médico de cabecera y está disponible en algunas farmacias.
El Maviret puede no ser adecuado para todas las personas con hepatitis C, por ejemplo, las que tienen una enfermedad hepática grave o las que también están infectadas por la hepatitis o el VIH. En estos casos, las opciones de tratamiento deben discutirse con un especialista.
Además del tratamiento con medicamentos antivirales, es importante que los portadores crónicos tomen decisiones de estilo de vida saludables para ayudar a la recuperación y prevenir un mayor daño hepático. Los cambios en el estilo de vida incluyen:
- Mantener una dieta saludable, especialmente evitando los alimentos grasos
- Evitar el alcohol y las drogas recreativas
- Evitar tomar cualquier medicamento o producto herbario innecesario
- Mantener un buen nivel de condición física
- Tener un buen sistema de apoyo social y estrategias para evitar el estrés.
También se recomienda que los portadores crónicos de hepatitis C se vacunen contra la hepatitis A y la hepatitis B, ya que la infección por estos virus puede acelerar la enfermedad hepática crónica.
A veces es necesaria la cirugía para tratar las complicaciones de la enfermedad hepática, y algunos pacientes con enfermedad hepática avanzada pueden ser candidatos a un trasplante de hígado.
Prevención
Actualmente no existe ninguna vacuna contra el virus de la hepatitis C. Por lo tanto, para evitar el contagio de la enfermedad y de otras enfermedades de transmisión sanguínea, las personas deben:
- No compartir el material de inyección de drogas (ej: agujas, jeringuillas)
- Evitar los tatuajes, la acupuntura o las perforaciones corporales cuando no se sepa que el equipo es estéril
- Desechar higiénicamente los artículos manchados de sangre, como vendas y compresas
- Evitar compartir artículos personales que puedan estar contaminados con sangre (como cepillos de dientes y maquinillas de afeitar)
- Practicar el sexo seguro.
Las personas con hepatitis C deben informar a los miembros de su hogar o a sus parejas sexuales de que son portadores del virus. También deben avisar a su dentista u otro profesional sanitario de que son portadores del virus.
Información adicional
Es muy importante obtener una explicación completa de la enfermedad por parte de un médico. La mayoría de los hospitales locales tienen una unidad de salud pública que también puede proporcionar información y asesoramiento. La Fundación de la Hepatitis de Nueva Zelanda ofrece servicios de apoyo e información:
La Fundación de la Hepatitis de Nueva Zelanda
Teléfono gratuito: 0800 33 20 10
Página web: www.hepfoundation.org.nz
Dhawan, V.K. (2019). Hepatitis C (página web). Referencia de Medscape: Medicamentos y Enfermedades. Nueva York, NY: WebMD LLC. https://emedicine.medscape.com/article/177792-overview
Fundación contra la Hepatitis de Nueva Zelanda (Fecha no indicada). Hepatitis C (página web). Whakatāne: The Hepatitis Foundation of New Zealand. https://www.hepatitisfoundation.org.nz/hepatitis/hepatitis-c
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O’Toole, M.T. (Ed.) (2017). Hepatitis C. Diccionario Mosby de Medicina, Enfermería & Profesiones de la Salud (10ª ed). St Louis, MI: Elsevier.
Última revisión: Septiembre 2020