Kendrick Lamar dejó caer el álbum DAMN en los servicios de streaming justo después de la medianoche del viernes, justo después de la inevitable filtración. El cuarto álbum de estudio del nativo de Compton es un esfuerzo grupal que incluye contribuciones de Rihanna, James Blake, Kaytranada y, por alguna razón, U2. También incluye una historia muy extraña sobre su padre y su mentor que habla de la delicada naturaleza de la familia, el destino y las franquicias de KFC de California.
La canción «DUCKWORTH», producida por 9th Wonder, es más que un guiño al apellido que figura en la partida de nacimiento de Lamar. Cuenta la extraña historia de un encuentro casual entre su padre, Ducky, y el hombre que más tarde se convertiría en el jefe de la discográfica de Lamar, Anthony «Top Dawg» Tiffith. Por aquel entonces, Ducky trabajaba en el Kentucky Fried Chicken en el que Anthony se colaba cuando esquivaba a los «policías corruptos».
Al final, Tiffith robó el KFC, pero no hizo daño al padre de Lamar. Como señala Kendrick, líricamente, la astucia callejera de Ducky probablemente lo salvó. El KFC ya había sido robado antes y un gerente y un cliente habían recibido un disparo. Como no era un gran secreto quién lo había hecho, Ducky utilizó su posición para quedar bien con ellos dándoles galletas y pollo gratis.
«Porque si Anthony mataba a Ducky, Top Dawg podría estar sirviendo de por vida, mientras yo crecía sin padre y moría en un tiroteo», concluye la canción. El tema suscita esta pregunta: ¿Cómo superaron Tiffith y Ducky la incomodidad de encontrarse en un estudio de grabación 20 años después de un atraco y alguien trajo una ofrenda de una pieza perfectamente sazonada?
Kendrick no entra en detalles sobre la resolución emocional. Está más preocupado por una pregunta más amplia sobre cómo llegó a ser y enfrentarse a una realidad que todos los hijos acaban reconociendo. La familia es un producto tanto de lo que pasó como de lo que no pasó.
También es una muy buena canción.