Las partículas que encontramos
La radiactividad que nace dentro de su cuerpo es sólo una fracción de la radiación con la que usted entra en contacto de forma natural (e inofensiva) a diario. El estadounidense medio recibe una dosis de radiación de unos 620 milirem cada año. Los alimentos que come, la casa en la que vive y las rocas y el suelo que pisa le exponen a bajos niveles de radiactividad. El simple hecho de comer una nuez de Brasil o ir al dentista puede aumentar su nivel de dosis de radiación en unos pocos milirem. Fumar cigarrillos puede aumentar hasta 16.000 milirem.
Los rayos cósmicos, la radiación de alta energía procedente del espacio exterior, golpean constantemente nuestra atmósfera. Allí chocan con otros núcleos y producen mesones, muchos de los cuales decaen en partículas como muones y neutrinos. Todos ellos llueven sobre la superficie de la Tierra y la atraviesan a un ritmo de unos 10 por segundo. Añaden unos 27 milirem a su dosis anual de radiación. Estas partículas cósmicas a veces pueden alterar nuestra genética, causando sutiles mutaciones, y pueden ser un factor que contribuye a la evolución.
Además de bombardearnos con fotones que dictan la forma en que vemos el mundo que nos rodea, nuestro sol también libera una avalancha de partículas llamadas neutrinos. Los neutrinos son visitantes constantes de nuestro cuerpo, que pasan a un ritmo de casi 100 trillones cada segundo. Además del sol, los neutrinos proceden de otras fuentes, como las reacciones nucleares en otras estrellas y en nuestro propio planeta.
Muchos neutrinos han existido desde los primeros segundos del universo primitivo, superando incluso a tus propios átomos. Pero estas partículas tienen una interacción tan débil que te atraviesan, sin dejar rastro de su visita.
También es probable que te enfrentes a una lluvia constante de partículas de materia oscura. La materia oscura no emite, refleja o absorbe la luz, por lo que es bastante difícil de detectar, sin embargo, los científicos creen que constituye alrededor del 80 por ciento de la materia del universo.
Al observar la densidad de la materia oscura en todo el universo, los científicos calculan que cientos de miles de estas partículas podrían estar pasando a través de ti cada segundo, colisionando con tus átomos aproximadamente una vez por minuto. Pero la materia oscura no interactúa muy fuertemente con la materia de la que estás hecho, por lo que es poco probable que tengan efectos notables en tu cuerpo.
La próxima vez que te preguntes cómo se aplica la física de partículas a tu vida, simplemente echa un vistazo a tu interior.