El músculo subescapular es uno de los cuatro músculos que nacen del omóplato y se unen a la cabeza del húmero. Los tendones de estos cuatro músculos forman el manguito de los rotadores. El músculo subescapular sale de la parte delantera del omóplato y le ayuda a alcanzar la espalda. Los desgarros del subescapular no son tan comunes como los del tendón del supraespinoso. Los desgarros del tendón subescapular pueden ser aislados o combinados con desgarros de los tendones supraespinoso e infraespinoso. Los desgarros del tendón subescapular suelen estar asociados a desgarros o inestabilidad de la cabeza larga del tendón del bíceps.
Los desgarros del tendón subescapular pueden ser parciales o de espesor total. Los desgarros pueden deberse a una sobrecarga crónica o a un traumatismo agudo. Los desgarros completos en personas activas que causan dolor o discapacidad se consideran para el tratamiento quirúrgico. Generalmente se realiza una resonancia magnética antes de la cirugía, para evaluar el tamaño del desgarro, el grado de retracción, el grado de desgaste muscular y la probabilidad de éxito de la reparación. Los desgarros del tendón subescapular pueden repararse mediante técnicas artroscópicas o abiertas.
Los riesgos de la cirugía son pequeños, pero incluyen la infección, la rigidez, la lesión nerviosa, el fracaso de la cicatrización del tendón y la nueva rotura.
Después de un desgarro del tendón subescapular, los pacientes necesitan 6 semanas de inmovilización en cabestrillo. Después de 6 semanas se pueden realizar ejercicios suaves de amplitud de movimiento. A partir de los 3 meses de la operación se inicia un programa de fortalecimiento. Los beneficios de la cirugía pueden tardar entre 6 y 12 meses en materializarse por completo.
Algunas roturas del tendón subescapular son irreparables debido a la marcada retracción del tendón y la atrofia muscular. Se puede considerar un procedimiento de transferencia del tendón utilizando la unidad del tendón del músculo pectoral mayor para los casos de salvamento.