El codo es una articulación en bisagra, en la que el extremo distal del húmero se articula con el extremo proximal tanto del radio como del cúbito. En el extremo proximal del cúbito se encuentra la apófisis del olécranon y ésta encaja en la fosa del olécranon en el extremo distal del húmero. Esta característica de la articulación impide que la articulación del codo se hiperextienda.
La articulación está reforzada por cuatro ligamentos, y como el codo es una articulación en bisagra, el movimiento sólo es posible en un plano, permitiendo únicamente la flexión y la extensión.
Los músculos de la parte posterior (trasera) del brazo son extensores. El principal motor de la extensión del codo es el músculo tríceps braquial, y está asistido por el músculo ancóneo, mucho más pequeño. Todos los músculos anteriores (delanteros) del brazo provocan la flexión del codo. Estos músculos son el bíceps braquial, el braquial y el braquiorradial. El bíceps y el braquial se contraen simultáneamente durante la flexión y son los principales flexores del codo. El braquial se encuentra justo debajo del bíceps braquial y es igual de importante a la hora de flexionar el codo.
El músculo bíceps también supina el antebrazo (girando la palma de la mano para que mire hacia arriba), y es ineficaz para flexionar el codo cuando el antebrazo está supinado (con la palma hacia abajo). Por eso, realizar las flexiones de la barbilla con las palmas hacia el deportista es más fácil que cuando las palmas están orientadas hacia fuera. El grueso del músculo braquiorradial reside principalmente en el antebrazo, y por ello es un flexor del codo bastante débil. Se utiliza cuando el codo ha sido parcialmente flexionado por el bíceps y el braquial, y el antebrazo está semipronado (con las palmas hacia dentro, como en el «curl de martillo»).
La muñeca es una articulación condiloidea, donde el extremo distal del radio y el cúbito se articulan con 3 de los huesos del carpo: el navicular, el lunar y el triquetral. La articulación de la muñeca sólo puede flexionarse, extenderse, abducirse y aducirse.
Los músculos del antebrazo pueden dividirse en dos grupos aproximadamente iguales según su función. El primer grupo está formado por aquellos músculos del antebrazo que provocan los movimientos de la muñeca, y el segundo por los que mueven los dedos y los pulgares. Aunque muchos músculos del antebrazo tienen su origen en el húmero (cruzando las articulaciones del codo y de la muñeca), tienen poco efecto cuando se flexiona el codo.
Al igual que la parte superior del brazo, los músculos del antebrazo están separados en dos compartimentos, los flexores anteriores y los extensores posteriores. Aunque la mayoría de los músculos anteriores del antebrazo provocan la flexión de la muñeca o de los dedos, hay dos músculos de este grupo que provocan la pronación. Estos músculos son el pronador teres y el pronador cuadrado.
En cambio, los músculos posteriores del antebrazo extienden la muñeca y los dedos. La única excepción es el músculo supinador, que ayuda al bíceps braquial al supinar el antebrazo.
Aunque son posibles muchos movimientos diferentes de la mano, ésta contiene relativamente pocos de los músculos que controlan estos diversos movimientos, estando estos músculos en el antebrazo. Esto ayuda a que la mano sea menos voluminosa y más manejable. Las acciones de los músculos del antebrazo están asistidas y son más precisas por los pequeños músculos de la mano.
