Ocelote (Leopardus pardalis) | Estado de la ESA: en peligro de extinción

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¿Cuáles son las amenazas para los ocelotes?

El hermoso pelaje del ocelote es una bendición y una maldición: en el pasado, el gato era cazado por su pelaje. A partir de 1930, las amenazas para el ocelote pasaron a ser la pérdida de hábitat, las enfermedades y la endogamia.

Carreteras peligrosas

La era de las carreteras y los viajes en vehículo ha supuesto para el ocelote uno de sus mayores retos. A pesar de su protección por la Ley de Especies en Peligro de Extinción, la especie está luchando por recuperarse en un hábitat fragmentado por las carreteras y el tráfico. Los ocelotes que intentan encontrar territorios lejos de su abarrotado hábitat central, donde residen las poblaciones reproductoras, a menudo mueren al cruzar las carreteras.

Además, los ocelotes que se dispersan suelen encontrarse con que no tienen adónde ir: los agricultores y los promotores inmobiliarios han despejado el 95 por ciento de su hábitat de matorral espinoso en EE, y el matorral espinoso del Valle del Río Grande -uno de los últimos reductos del felino en Estados Unidos- está desapareciendo a un ritmo alarmante.

Ocelotes en la frontera

Dado que el ocelote vive en la frontera entre Estados Unidos y México, también se ve amenazado por una miríada de actividades fronterizas humanas, como la inmigración, el tráfico de drogas, las acciones policiales y militares, las instalaciones y vallas fronterizas y la iluminación artificial. El muro fronterizo propuesto para dividir a Estados Unidos y México supondría una enorme amenaza para las poblaciones de ocelotes.

Para crear un refugio seguro para el ocelote y una serie de otros animales transfronterizos, incluido el jaguarundi, los científicos y los administradores de tierras de ambos lados de la frontera están pidiendo la cooperación internacional entre Estados Unidos y México. Esto contrasta con la actual campaña nacional de Estados Unidos para separar a las personas y los ecosistemas de los dos países. La preservación de la biodiversidad de ambos países requerirá un esfuerzo consistente, dedicado y de colaboración por parte de los gobiernos de Estados Unidos y México. Tal acción no se ha producido.

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