Estilos
El origami, como otras formas de arte, tiene muchos estilos. Los más comunes son:
1. Realista: Creaciones que exhiben las características principales del sujeto, a menudo dando lugar a diseños complejos con muchos pasos.
2. Minimalista: Creaciones que capturan la esencia del tema con pliegues mínimos y con énfasis en la simplicidad.
3. Modular: Múltiples «unidades» geométricas hechas con varias hojas de papel cuyas solapas y bolsillos se introducen unos en otros para formar polígonos o poliedros. Normalmente, todas las hojas se doblan de la misma manera o de un número reducido de maneras.
4. Compuesto: Al igual que en el origami modular, se utilizan múltiples hojas de papel, pero en este estilo cada hoja se dobla de manera diferente para realizar una parte distinta del objeto. El origami compuesto fue uno de los estilos más comunes en las décadas de 1950 y 1960, pero es relativamente poco común en la actualidad.
5. Práctico: Modelos que tienen una aplicación en la vida real, como para usarlos como sobres, cajas, tazas, platos, etc.
6. Tierra pura: Concepto sugerido por el inglés John Smith, que propuso un sistema de composición que utiliza únicamente papel cuadrado y pliegues de «montaña» y «valle», lo que da lugar a modelos fáciles de duplicar.
7. Teselaciones: Técnica de plegado geométrico en la que la imagen se crea por el patrón de bordes plegados a través del papel. Las teselaciones suelen ser periódicas (se repiten) y pueden ser planas o tridimensionales, y muchas de ellas muestran una estructura adicional cuando se las mira al trasluz. No es de extrañar que muchos de los principales practicantes de esta técnica sean matemáticos.
8. Plegado en húmedo: Técnica inventada por Akira Yoshizawa en la que el papel contiene un pegamento soluble en agua (conocido como apresto) y se humedece ligeramente antes del plegado. La humedad permite doblar el papel en curvas suaves, que luego se endurecen al secarse el papel.
9. Arrugado: Técnica creada por Paul Jackson y desarrollada por Vincent Floderer que consiste en arrugar el papel antes de doblarlo. Esta técnica puede producir formas orgánicas muy realistas.