En Sudamérica, normalmente es Colombia la que viene a la mente cuando se piensa en la producción de cocaína. De hecho, Perú no está muy lejos de Colombia en cuanto a la cantidad de superficie dedicada a la coca y a la fabricación de cocaína. En 2008, aproximadamente la mitad de la cocaína del mundo se originó en Perú o Bolivia. En el Reino Unido, por ejemplo, la proporción del suministro de cocaína de ese país que se originó en Colombia ha ido disminuyendo constantemente desde 2002. Para algunos de los mercados europeos más pequeños, Perú y Bolivia son ya las principales fuentes de cocaína.
Cada vez más, la cocaína que se envía a Europa sale de Perú para dirigirse a Bolivia o Brasil y ser transportada por los cárteles de la droga establecidos. Pero cada vez son más las cantidades de droga que se quedan en Perú para el consumo interno. No sólo la cocaína y la base de coca, sino también las anfetaminas, los opiáceos y las cifras de consumo de cannabis están aumentando. Estas cifras no sólo aumentan en Perú, sino en todo el Cono Sur (la parte baja de Sudamérica).
- Las fuerzas revolucionarias se benefician de las actividades del narcotráfico
- Los cultivos de amapola y los laboratorios agravan la complejidad del problema de las drogas en Perú
- El tratamiento de la adicción abarca desde las prácticas tradicionales andinas hasta las comunidades terapéuticas
- Los centros Narconon ayudan a los adictos a encontrar la sobriedad
Las fuerzas revolucionarias se benefician de las actividades del narcotráfico
Las tropas guerrilleras pertenecientes al grupo maoísta Sendero Luminoso han tomado una página del libro de las fuerzas revolucionarias de las FARC en Colombia y están financiando sus actividades con el narcotráfico, extorsionando el dinero de protección de los agricultores y protegiendo a los contrabandistas. De hecho, este grupo estuvo a punto de desintegrarse tras la detención de su líder en 1992, pero las conexiones con los grupos de narcotraficantes les permitieron reaparecer. Las fuerzas de Sendero Luminoso han sido responsables de establecer laboratorios de procesamiento de coca en las selvas de Perú.
Las principales zonas de cultivo en Perú son el Alto Huallaga, Apuri?mac-Ene y La Convención y Lares, donde se encuentran grandes plantaciones de coca. Las granjas más pequeñas se encuentran en Aguaytía, Inambari-Tambopata y Palcazi-Pichis-Pachitea, todas las cuales han visto la expansión de sus operaciones desde 2004.
Los cultivos de amapola y los laboratorios agravan la complejidad del problema de las drogas en Perú
En 1998, había suficientes granjas de amapola que cultivaban las flores que proporcionan el opio para que comenzaran los esfuerzos de erradicación. El primer año, sólo se erradicaron 4 hectáreas de amapolas, pero esta cifra se multiplicó casi por 40 hasta alcanzar las 155 hectáreas erradicadas en 2001. La erradicación se redujo a 32 hectáreas en 2009. Sin embargo, en 2008, Perú fue uno de los ocho países que registraron la destrucción de laboratorios clandestinos de procesamiento de opiáceos, por lo que la industria estaba lejos de desaparecer.
El tratamiento de la adicción abarca desde las prácticas tradicionales andinas hasta las comunidades terapéuticas
Sólo en Lima hay 33 comunidades terapéuticas, entornos en los que los adictos pueden buscar un estilo de vida sobrio con la ayuda de otros adictos en recuperación. Más centros de tratamiento de adicciones emplean métodos de tratamiento andinos tradicionales que implican el uso de ayahuasca, una sustancia vegetal alucinógena que se supone que invoca sueños y visiones que ayudan a los adictos a descubrir sus razones para volverse adictos. Los adictos vienen de lugares tan lejanos como Europa para participar en estos métodos tradicionales. En 2008, el jefe de la Dirección Nacional del Instituto Nacional de Cultura de Perú reconoció la droga como un componente importante y protegido de la cultura tradicional peruana.
Los centros Narconon ayudan a los adictos a encontrar la sobriedad
El programa Narconon no sólo aborda los efectos debilitantes del abuso de drogas en la mente y el cuerpo, sino que también resuelve por qué una persona recurrió a las drogas en primer lugar.
Una desintoxicación exhaustiva seguida de asesoramiento y formación en habilidades para la vida permite a una persona en un programa de drogas ver las cosas desde una perspectiva totalmente nueva para que pueda volver a vivir una vida agradable y productiva. Esta es la forma en que funciona el programa de rehabilitación de drogas y alcohol Narconon.
Como resultado, una persona puede graduarse del programa hacia una nueva vida libre del uso de drogas.