PVDC frente a la repetición de la cesárea: Riesgos y recompensas

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El parto vaginal tras cesárea (PVDC) se produce cuando una mujer que ha dado a luz previamente por cesárea tiene un parto vaginal con un embarazo posterior. El PVDC alcanzó su máxima popularidad en 1996: en ese año, casi el 30% de las mujeres estadounidenses con antecedentes de parto por cesárea dieron a luz por vía vaginal con un embarazo posterior.

Tendencias a lo largo del tiempo

Después de 1996, sin embargo, la tasa de PVDC se redujo drásticamente, y en 2017 menos del 13 por ciento de las mujeres lograron un PVDC, mientras que la tasa de cesáreas se ha disparado hasta el 32 por ciento, casi uno de cada tres nacimientos en Estados Unidos.

En un esfuerzo por reducir el número de cesáreas, el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos (ACOG) reexaminó sus directrices de PVDC. En 2010, el ACOG publicó una declaración en la que describía el PVDC como «una opción segura y adecuada para la mayoría de las mujeres que han tenido un parto por cesárea anteriormente». Y según el Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano (NIH), las investigaciones muestran que entre las candidatas adecuadas, alrededor del 75% de los intentos de PVDC tienen éxito.

Sin embargo, un investigador estimó en 2014 que la mitad de los hospitales estadounidenses no ofrecen el PVDC como opción. El miedo a los litigios se ha citado como la razón.

En su documento de 2017 Parto Vaginal Tras Cesárea, el ACOG reiteró los beneficios -así como los riesgos- del PVDC.

Beneficios y riesgos

El PVDC puede ofrecer varias ventajas para la salud en comparación con otra cesárea: menor riesgo de hemorragia e infección, probabilidad de una estancia hospitalaria más corta y una recuperación más rápida, y reducción del riesgo de resultados negativos relacionados con las cesáreas múltiples.

Sin embargo, un intento fallido de parto después de cesárea (TOLAC) -un intento de PVDC que termina en una repetición de la cesárea- conlleva muchas complicaciones potenciales, como hemorragia materna, infección, lesión operatoria, tromboembolismo e histerectomía. En raras ocasiones, las complicaciones pueden provocar la muerte.

Está claro que la decisión de intentar un PVDC debe tomarse con cuidado. El historial médico de la mujer, su estado de salud actual y sus planes para el futuro son factores que deben tenerse en cuenta a la hora de decidir cómo dar a luz a su bebé.

Historia médica

Los factores de la historia clínica de una mujer que aumentan las probabilidades de éxito del PVDC son los siguientes:

  • Incisión transversal (horizontal) baja para la cesárea (el tipo de incisión realizada en el útero no puede determinarse por la orientación de la cicatriz en la piel, sino que debe comprobarse en los registros médicos)
  • Parto vaginal previo (haber dado a luz por vía vaginal con un embarazo anterior)

Estos factores disminuyen las probabilidades de que una mujer tenga un PVDC con éxito:

  • Una incisión vertical previa (un corte en forma de cremallera) en el útero, especialmente si la incisión vertical era alta
  • Una primera cesárea que fue el resultado de un «parto detenido» o de un «fallo en la progresión» en lugar de un resultado de la posición del bebé (de nalgas)

Y estos factores indican que una mujer no debería intentar un PVDC:

  • Ruptura uterina previa (separación en el lugar de una incisión anterior)
  • Condiciones que contraindican el parto vaginal (por ejemplo, placenta previa, en la que la placenta se extiende sobre el orificio uterino)
  • Más de dos cesáreas previas

Estado de salud actual

Los siguientes factores van unidos a una menor probabilidad de éxito con el PVDC:

  • Mayor edad materna
  • Presión arterial alta, diabetes u obesidad
  • Edad gestacional superior a 40 semanas
  • Bebé con un peso al nacer superior a 4.000 gramos o 9 libras
  • Parto inducido o complementado con medicamentos como Misoprostol o Pitocin
  • preeclampsia
  • intervalo corto entre embarazos

Planes para el futuro

Si una mujer está planeando tener más hijos en el futuro, puede considerar el PVDC para ayudar a evitar los problemas asociados con tener múltiples cesáreas. Dichos problemas incluyen tejido cicatricial o adherencias que podrían provocar lesiones en el intestino o la vejiga o causar problemas con la placenta.

Una decisión compartida

Las decisiones relativas al PVDC deben tomarse de forma individual, y los médicos y las mujeres embarazadas deben trabajar juntos para sopesar los riesgos del PVDC frente a los de repetir la cesárea.

Para las mujeres que deciden intentar un PVDC, el ACOG advierte que no se debe planificar un parto en casa. Según el ACOG, el PVDC sólo debe intentarse en un centro médico con personal disponible para intervenir en caso de que se produzca una rotura uterina u otras complicaciones imprevisibles.

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