¿Quieres montar una franquicia? Descubra cómo la compra y gestión de una franquicia puede ser la forma perfecta de convertirse en su propio jefe.
Una franquicia es un negocio en el que el propietario de un negocio establecido -conocido como el «franquiciador»- vende los derechos de uso de su nombre de la empresa, marcas comerciales y modelo de negocio a los operadores independientes, llamados «franquiciados». Esto suele hacerse a cambio de un canon de franquicia único, más un porcentaje continuo de los ingresos por ventas y otros cánones.
La concesión de licencias a otros negocios para vender productos y servicios permite a las empresas expandirse rápidamente sin el riesgo de un gran desembolso de capital. Para los particulares, una franquicia ofrece una excelente manera de empezar a dirigir su propio negocio sin tener que empezar de cero. No sólo tiene la seguridad de un plan de negocio y unos productos o servicios probados, sino que cuenta con el respaldo de un equipo de personas experimentadas que pueden ayudarle a alcanzar sus objetivos empresariales. Por esta razón, las franquicias tienen una mayor tasa de éxito que las empresas de nueva creación.
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Las oportunidades de franquicia existen en una amplia gama de negocios. Algunos ejemplos de franquicias son los restaurantes de comida rápida, las cafeterías, los concesionarios de coches, los servicios de limpieza de casas y las agencias inmobiliarias.
Explicación de los tipos de franquicia
Hay tres tipos principales de acuerdos de franquicia:
– Franquicia de formato comercial: es el tipo de franquicia más popular. Una empresa establecida (el franquiciador) permite a otra empresa (el franquiciado) comerciar utilizando su marca y su modelo de negocio a cambio de un canon y unos royalties continuos. El franquiciado debe gestionar la franquicia de acuerdo con las directrices y normas de la empresa matriz, pero a cambio recibe apoyo continuo, como ayuda para la ubicación, el diseño y la distribución de la tienda; investigación de productos y de mercado; contratación y formación de personal; y contactos para suministros preferentes.
– Franquicia de producto: común en los sectores de la comida rápida y el automóvil, este tipo de franquicia es esencialmente una relación proveedor/vendedor. Implica que el franquiciado vende exclusivamente los productos del franquiciador. El apoyo continuo del franquiciador puede incluir la provisión de campañas nacionales de marketing y publicidad, logotipos y marcas comerciales.
– Franquicia de fabricación – Una franquicia de fabricación tiene licencia para producir y vender bienes y servicios utilizando el nombre y la marca comercial del franquiciador.
¿Por qué dirigir un negocio de franquicia?
Hay muchas ventajas al iniciar una franquicia, pero la principal es que el riesgo de que su negocio fracase es mucho menor que si inicia una empresa desde cero. Con una franquicia, puede disfrutar de la independencia de ser propietario de una pequeña empresa mientras trabaja con una idea de negocio probada. Tendrá el respaldo y el apoyo de una empresa matriz con una reputación consolidada, una gestión y unas prácticas de trabajo probadas, y se beneficiará de cualquier publicidad o marketing que realice. No siempre es necesario tener experiencia empresarial para dirigir una franquicia: los franquiciadores suelen ofrecer formación. Y, por último, conseguir financiación para una franquicia suele ser más fácil que crear tu propio negocio.
¿Cuáles son los inconvenientes de las franquicias?
Las franquicias pueden ser caras. No sólo hay que pagar un canon de compra por adelantado, sino que también hay que pagar cánones y royalties, lo que puede restringir la cantidad de beneficios que se puede obtener a largo plazo. Además, los acuerdos de franquicia pueden ser muy restrictivos, ya que dictan cómo debe gestionarse el negocio, incluyendo dónde y cómo se opera, los productos que se venden y los proveedores que se utilizan. Por lo tanto, hay poco espacio para el control creativo, por lo que este tipo de negocio puede no ser adecuado para las personas emprendedoras.
En la mayoría de los casos, usted formará parte de una red de franquicias, por lo que corre el riesgo de que cualquier cosa que otra franquicia haga para dañar la marca pueda tener un efecto en cadena en su negocio también. Los acuerdos de franquicia tienen una duración determinada y los franquiciadores no están obligados a renovar un acuerdo al final del plazo, y puede haber restricciones a la hora de vender su negocio.