¿Qué parte del cerebro controla el equilibrio?

Estar de pie, mantener el equilibrio y caminar son procesos bastante naturales para nosotros. No pensamos conscientemente en el equilibrio durante nuestras actividades diarias.

Pero, ¿te has preguntado alguna vez cómo te las arreglas para mantenerte en un pie? O realizar alguna actividad deportiva? O cómo no te caes cada vez que tropiezas? Hoy vamos a explorar qué parte del cerebro controla el equilibrio.

¿Qué controla el equilibrio en el cerebro?

La parte principal del cerebro que controla el equilibrio es el cerebelo. El cerebelo (también conocido como el «pequeño cerebro») está situado en la parte posterior del cráneo, por encima de la amígdala (parte del cerebro que controla las emociones). Además de controlar el equilibrio y la postura, también es responsable de supervisar el movimiento voluntario, el movimiento de los ojos y el control del habla.

Pero hay otras partes del cerebro que también ayudan, como el tronco encefálico, que se encarga principalmente de la respiración, así como del equilibrio.

Mantener el equilibrio es un proceso muy complejo que ocurre en el cerebro. Es realizado por múltiples partes del cerebro y ocurre como resultado de la comunicación del cerebro con nuestro entorno.

La parte del cerebro que controla: El equilibrio y la audición

El procesamiento del sonido ocurre en los lóbulos temporales que son una parte del cerebro. Los estímulos sonoros llegan a través del oído y se dirigen directamente al córtex auditivo primario situado en los lóbulos temporales.

¿Pero cómo afecta el lóbulo temporal al equilibrio?

¿Alguna vez has oído un ruido fuerte y te has encontrado por reflejo alejándote de la fuente del ruido?

Ese es el lóbulo temporal en funcionamiento. El lóbulo temporal está conectado directamente con el cerebelo por medio de vías neuronales. Esta conexión permite una rápida reacción al ruido fuerte.

¿La parte del cerebro que controla: El equilibrio y la postura…

Como hemos mencionado antes, el cerebelo no trabaja solo. Controla su equilibrio combinando la información sensorial del mundo exterior.

Estas informaciones proceden de los ojos (visuales), de los oídos (auditivos) y de los músculos y articulaciones del cuerpo (motores). Una vez que la información se envía al cerebelo, éste la procesa y la devuelve al cuerpo para indicarle cómo mantener el equilibrio durante un movimiento específico.

Por ejemplo, piense en ponerse de pie sobre un pie. Las articulaciones y los músculos utilizan receptores, denominados propioceptores, para recopilar información sobre la posición espacial del cuerpo.

Estos receptores envían la información al cerebelo para ajustar la posición, haciendo que cambie el peso del cuerpo o incluso estirando los brazos para ayudar a mantener el equilibrio.

Ahora, continúe de pie sobre un pie pero cierre los ojos. Es mucho más difícil mantenerse en esa posición, ¿verdad?

Esto se debe a que has limitado la información que llega al cerebelo. Ahora es incapaz de utilizar la información visual de los ojos y ha perdido un poco la orientación espacial.

Normalmente, no somos conscientes de estos procesos – suceden reflexivamente. Pero a menudo nos damos cuenta de ellos cuando hacemos ejercicio, especialmente el que implica un alto grado de coordinación.

Tomemos el ejemplo de una bailarina que hace una pirueta sobre una pierna. Tiene que aprender a utilizar su entorno para realizar el movimiento sin perder el equilibrio. Y eso no es nada fácil.

¿Qué controla el equilibrio del cuerpo?

Además del cerebelo, dos estructuras cruciales para mantener el equilibrio son el oído interno y los nervios craneales vestibulares.

Situado en el oído interno, el sistema vestibular proporciona al cerebro la información necesaria para el movimiento, la posición de la cabeza y la orientación espacial.

También desempeña un papel en las funciones motoras que intervienen en el mantenimiento del equilibrio, la estabilización de la cabeza y el cuerpo durante el movimiento, y también ayuda a mantener la postura.

El sistema vestibular es absolutamente esencial para el equilibrio del cuerpo, por lo que es una parte vital que ayuda al equilibrio.

Los daños en cualquier parte del cerebro relacionada con el equilibrio no son intrínsecamente peligrosos para la vida, sin embargo, pueden dar lugar a movimientos bruscos y descoordinados si el daño es grave.

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