Los profesionales sanitarios tienen muchas razones para recomendar un parto por cesárea. Algunas cesáreas se producen en situaciones críticas, otras se utilizan para prevenir situaciones críticas y otras son electivas.
¿Cuáles son los motivos de los partos por cesárea?
Un parto por cesárea es un nacimiento que se produce a través de una incisión en la pared abdominal y el útero en lugar de por la vagina.
Placenta previa: Se produce cuando la placenta se sitúa en la parte baja del útero y cubre parcial o totalmente el cuello uterino. Una de cada 200 mujeres embarazadas tendrá placenta previa durante el tercer trimestre. El tratamiento consiste en reposo en cama y vigilancia frecuente. Si se ha diagnosticado una placenta previa completa o parcial, suele ser necesaria una cesárea. Si se diagnostica una placenta previa marginal, se puede optar por un parto vaginal.
Desprendimiento de la placenta: Se trata de la separación de la placenta del revestimiento uterino que suele producirse en el tercer trimestre. Aproximadamente el 1% de las mujeres embarazadas sufren un desprendimiento de la placenta. La madre experimenta una hemorragia en el lugar de la separación y dolor en el útero. Esta separación puede interferir en la llegada de oxígeno al bebé y, dependiendo de la gravedad, puede realizarse una cesárea de emergencia.
Ruptura uterina: En aproximadamente 1 de cada 1.500 nacimientos, el útero se rompe durante el embarazo o el parto. Esto puede provocar una hemorragia en la madre e interferir en el suministro de oxígeno del bebé. Este es un motivo para realizar una cesárea inmediata.
Posición de nalgas: Cuando un bebé está en posición de nalgas, el parto por cesárea suele ser la única opción, aunque en determinadas circunstancias se puede realizar un parto vaginal. Sin embargo, si el bebé está en peligro o tiene un prolapso del cordón umbilical (lo que es más común en los bebés que vienen de nalgas) es necesario realizar una cesárea. También puede realizarse una cesárea si el bebé es prematuro.
Prolapso de cordón: Esta situación no se da con frecuencia, pero cuando se da, se realiza una cesárea de emergencia. El prolapso del cordón se produce cuando el cordón umbilical se desliza a través del cuello uterino y sobresale de la vagina antes de que nazca el bebé. Cuando el útero se contrae, ejerce presión sobre el cordón umbilical, lo que disminuye el flujo sanguíneo hacia el bebé.
Sufrimiento fetal: La causa más común de sufrimiento fetal es la falta de una cantidad adecuada de oxígeno que llega al bebé. Si la monitorización fetal detecta un problema con la cantidad de oxígeno que recibe el bebé, se puede realizar una cesárea de emergencia.
Falta de progreso en el parto: Esto puede ocurrir cuando el cuello uterino no se ha dilatado completamente, el trabajo de parto se ha ralentizado o detenido, o el bebé no está en una posición óptima para el parto. Se puede diagnosticar correctamente una vez que la mujer se encuentra en la segunda fase (más allá de 5 centímetros de dilatación), ya que la primera fase del parto (0-4 centímetros de dilatación) es casi siempre lenta.
Repetición de la cesárea: El 90% de las mujeres que han tenido una cesárea son candidatas a un parto vaginal después de una cesárea para su siguiente nacimiento (PVDC). El mayor riesgo de un PVDC es la rotura uterina, que se produce en el 0,2-1,5% de los PVDC. Sin embargo, hay criterios que debes cumplir para poder realizar un PVDC. Consulte con su proveedor de atención médica sobre su situación actual y sus opciones.
Desproporción cefalopélvica (DPC): El diagnóstico real de DPC se produce cuando la cabeza del bebé es demasiado grande o la pelvis de la madre es demasiado pequeña para permitir el paso del bebé.
Herpes genital activo: Si la madre tiene un brote activo de herpes genital (diagnosticado por un cultivo positivo o lesiones reales), se puede programar una cesárea para evitar que el bebé se exponga al virus mientras pasa por el canal de parto.
Diabetes: Si desarrolla diabetes gestacional durante su embarazo o es diabética, puede tener un bebé grande u otras complicaciones. Esto aumenta las probabilidades de que se le practique una cesárea.
Preeclampsia: La preeclampsia es una afección que implica una presión arterial alta durante el embarazo. Esta afección podría impedir que la placenta reciba la cantidad adecuada de sangre necesaria y disminuir el flujo de oxígeno al bebé. A veces se recomienda el parto como tratamiento para esta afección. Sólo en el caso de la preeclampsia grave es necesario realizar una cesárea.
Defectos congénitos: Si a un bebé se le ha diagnosticado un defecto congénito, se puede realizar una cesárea para ayudar a reducir cualquier otra complicación durante el parto.
Nacimientos múltiples: Los gemelos pueden nacer por vía vaginal en función de su posición, peso estimado y edad gestacional. Los partos múltiples de tres o más tienen menos probabilidades de nacer por vía vaginal.
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