Los tumores mesentéricos son raros y consisten en un grupo heterogéneo de lesiones. Las masas pueden surgir de cualquiera de los componentes mesentéricos: peritoneo, tejido linfático, grasa y tejido conectivo. La proliferación celular también puede surgir de procesos infecciosos o inflamatorios. Pueden clasificarse como sólidos o quísticos, benignos o malignos. Los tumores mesentéricos suelen descubrirse de forma incidental o durante la investigación de síntomas inespecíficos. Aunque el examen clínico y las imágenes pueden ser suficientes para hacer el diagnóstico, a menudo se requiere una histopatología mediante una biopsia percutánea o quirúrgica con aguja, o una escisión inmediata. Las opciones terapéuticas varían mucho en función de la naturaleza de la lesión; van desde la simple observación o la terapia médica hasta la cirugía. Las masas mesentéricas benignas bien delimitadas que son sintomáticas pueden tratarse a menudo mediante una simple enucleación. Pero los tumores malignos invasivos requieren una resección carcinológica; es esencial una cuidadosa evaluación preoperatoria para valorar la relación entre la masa y las estructuras vasculares y digestivas adyacentes, ya que pueden dictar la necesidad de un amplio sacrificio del intestino con la consiguiente insuficiencia intestinal debida al síndrome del intestino corto.