La pista inicial más importante para el diagnóstico es la descripción de las palpitaciones. La edad aproximada de la persona cuando las notó por primera vez y las circunstancias en las que se producen son importantes, al igual que la información sobre la ingesta de cafeína (consumo de té o café), y si las palpitaciones continuas pueden detenerse con una respiración profunda o cambiando la posición del cuerpo. También es muy útil saber cómo empiezan y se detienen (de forma brusca o no), si son regulares o no, y la velocidad aproximada del pulso durante un ataque. Si la persona ha descubierto una forma de detener las palpitaciones, también es una información útil.
Una historia clínica y una exploración física completas y detalladas son dos elementos esenciales de la evaluación de un paciente con palpitaciones. Los componentes clave de una historia detallada incluyen la edad de inicio, la descripción de los síntomas, incluido el ritmo, las situaciones que suelen provocar los síntomas, el modo de inicio (rápido o gradual), la duración de los síntomas, los factores que alivian los síntomas (reposo, Valsalva), las posturas y otros síntomas asociados, como dolor torácico, aturdimiento o síncope. El paciente puede marcar el ritmo para ayudar a demostrar si no está experimentando los síntomas en ese momento. Se debe interrogar al paciente sobre todos los medicamentos, incluidos los de venta libre. También debe determinarse la historia social, incluidos los hábitos de ejercicio, el consumo de cafeína, el alcohol y el uso de drogas ilícitas. Además, los antecedentes médicos y familiares pueden proporcionar indicaciones sobre la etiología de las palpitaciones.
Las palpitaciones que han sido una condición desde la infancia son más probablemente causadas por una taquicardia supraventricular, mientras que las palpitaciones que aparecen por primera vez más tarde en la vida es más probable que sean secundarias a una enfermedad cardíaca estructural. Un ritmo rápido y regular es más probable que sea secundario a una taquicardia supraventricular paroxística o a una taquicardia ventricular, y un ritmo rápido e irregular es más probable que sea una indicación de fibrilación auricular, aleteo auricular o taquicardia con bloqueo variable. Se cree que la taquicardia supraventricular y ventricular da lugar a palpitaciones de inicio y terminación bruscos. En los pacientes que pueden terminar sus palpitaciones con una maniobra de Valsalva, se cree que esto indica posiblemente una taquicardia supraventricular. Las palpitaciones asociadas a dolor torácico pueden sugerir una isquemia miocárdica. Por último, cuando el mareo o el síncope acompañan a las palpitaciones, debe considerarse la posibilidad de una taquicardia ventricular, una taquicardia supraventricular u otras arritmias.
El diagnóstico no suele realizarse mediante un examen médico rutinario y un trazado eléctrico programado de la actividad del corazón (ECG) porque la mayoría de las personas no pueden disponer de sus síntomas mientras acuden al hospital. No obstante, hallazgos como un soplo cardíaco o una anomalía del ECG pueden ser indicativos de un diagnóstico probable. En particular, pueden observarse cambios en el ECG asociados a alteraciones específicas del ritmo cardíaco; por tanto, la exploración física y el ECG siguen siendo importantes en la evaluación de las palpitaciones. Además, debe realizarse un examen físico completo que incluya las constantes vitales (con signos vitales ortostáticos), la auscultación cardíaca, la auscultación pulmonar y el examen de las extremidades. El paciente puede dar golpecitos al ritmo para ayudar a demostrar lo que sintió anteriormente, si no está experimentando los síntomas en ese momento.
Los signos vitales ortostáticos positivos pueden indicar deshidratación o una anomalía electrolítica. Un chasquido sistólico medio y un soplo cardíaco pueden indicar un prolapso de la válvula mitral. Un soplo holo-sistólico áspero que se escucha mejor en el borde esternal izquierdo y que aumenta con Valsalva puede indicar una miocardiopatía hipertrófica obstructiva. Un ritmo irregular indica fibrilación o aleteo auricular. La evidencia de cardiomegalia y edema periférico puede indicar insuficiencia cardíaca e isquemia o una anomalía valvular.
Los análisis de sangre, en particular las pruebas de la función de la glándula tiroidea, también son investigaciones básicas importantes (una glándula tiroidea hiperactiva es una causa potencial de palpitaciones; el tratamiento, en ese caso, es tratar la hiperactividad de la glándula tiroidea).
El siguiente nivel de pruebas diagnósticas suele ser la monitorización del ECG durante 24 horas (o más), utilizando una grabadora llamada monitor Holter, que puede registrar el ECG de forma continua durante un periodo de 24 o 48 horas. Si se producen síntomas durante la monitorización, es sencillo examinar la grabación del ECG y ver cuál era el ritmo cardíaco en ese momento. Para que este tipo de monitorización sea útil, los síntomas deben producirse al menos una vez al día. Si son menos frecuentes, las posibilidades de detectar algo con una monitorización continua de 24 o incluso 48 horas se reducen considerablemente. Una tecnología más reciente, como el parche Zio, permite un registro continuo de hasta 14 días; el paciente indica cuándo se producen los síntomas pulsando un botón del dispositivo y mantiene un registro de los eventos.
Existen otras formas de monitorización, que pueden ser útiles cuando los síntomas son poco frecuentes. Un registrador de eventos de bucle continuo monitoriza el ECG continuamente, pero sólo guarda los datos cuando el usuario lo activa. Una vez activado, guardará los datos del ECG durante un periodo de tiempo antes de la activación y durante un periodo de tiempo después – el cardiólogo que investiga las palpitaciones puede programar la duración de estos periodos. Un registrador de bucle implantable puede ser útil en personas con síntomas muy infrecuentes pero incapacitantes. Esta grabadora se implanta bajo la piel en la parte delantera del pecho, como un marcapasos. Se puede programar y examinar los datos con un dispositivo externo que se comunica con él mediante una señal de radio.
La investigación de la estructura del corazón también puede ser importante. El corazón en la mayoría de las personas con palpitaciones es completamente normal en su estructura física, pero ocasionalmente pueden presentarse anormalidades como problemas valvulares. Por lo general, aunque no siempre, el cardiólogo podrá detectar un soplo en estos casos, y a menudo se realizará una ecografía del corazón (ecocardiograma) para documentar la estructura del corazón. Se trata de una prueba indolora realizada mediante ondas sonoras y es prácticamente idéntica a la exploración que se realiza en el embarazo para observar al feto.
EvaluaciónEditar
Se debe realizar un electrocardiograma de 12 derivaciones a todo paciente que se queje de palpitaciones. La presencia de un intervalo PR corto y una onda delta (síndrome de Wolff-Parkinson-White) es una indicación de la existencia de preexcitación ventricular. La hipertrofia ventricular izquierda significativa con ondas Q septales profundas en I, L y V4 a V6 puede indicar una miocardiopatía hipertrófica obstructiva. La presencia de ondas Q puede indicar un infarto de miocardio previo como etiología de las palpitaciones, y un intervalo QT prolongado puede indicar la presencia del síndrome de QT largo.
Los estudios de laboratorio deben ser limitados inicialmente. El recuento sanguíneo completo puede evaluar la presencia de anemia e infección. La urea sérica, la creatinina y los electrolitos para evaluar los desequilibrios electrolíticos y la disfunción renal. Las pruebas de la función tiroidea pueden demostrar un estado de hipertiroidismo.
La mayoría de los pacientes tienen condiciones benignas como etiología de sus palpitaciones. El objetivo de la evaluación adicional es identificar a los pacientes que presentan un alto riesgo de arritmia. Los estudios de laboratorio recomendados incluyen una investigación para detectar anemia, hipertiroidismo y anomalías electrolíticas. Los ecocardiogramas están indicados para los pacientes en los que la cardiopatía estructural es motivo de preocupación.
Se recomiendan pruebas diagnósticas adicionales para aquellos en los que la evaluación diagnóstica inicial (historia clínica, exploración física y electrocardiograma) sugiere una arritmia, los que tienen un riesgo elevado de padecer una arritmia y los que siguen ansiosos por tener una explicación específica de sus síntomas. Entre las personas que se consideran de alto riesgo de sufrir una arritmia se encuentran las que padecen una cardiopatía orgánica o cualquier anomalía miocárdica que pueda provocar arritmias graves. Estas afecciones incluyen una cicatriz de infarto de miocardio, una miocardiopatía dilatada idiopática, una regurgitación valvular clínicamente significativa o lesiones estenóticas y miocardiopatías hipertróficas.
Se recomienda un enfoque diagnóstico agresivo para las personas de alto riesgo y puede incluir la monitorización ambulatoria o los estudios electrofisiológicos. Existen tres tipos de dispositivos de monitorización ambulatoria del electrocardiograma: El monitor Holter, el registrador de eventos de bucle continuo y un registrador de bucle implantable.
Las personas que vayan a someterse a la revisión de estos dispositivos deben conocer las propiedades de los mismos y el curso que acompaña al examen de cada dispositivo. El monitor Holter es un sistema de monitorización de 24 horas que llevan los propios examinados y que registra y guarda continuamente los datos. Los monitores Holter suelen llevarse durante unos días. Los registradores de eventos de bucle continuo también los lleva el examinador y registran continuamente los datos, pero éstos sólo se guardan cuando alguien activa manualmente el monitor. Los registradores de bucle continuo pueden llevarse durante más tiempo que los monitores Holter y, por tanto, se ha demostrado que son más rentables y eficaces que éstos. Además, como la persona activa el dispositivo cuando siente los síntomas, es más probable que registre datos durante las palpitaciones. Un grabador de bucle implantable es un dispositivo que se coloca por vía subcutánea y que vigila continuamente las arritmias cardíacas. Se utilizan con mayor frecuencia en personas con síncopes inexplicables y pueden utilizarse durante períodos más largos que los registradores de eventos de bucle continuo. Un registrador de bucle implantable es un dispositivo que se coloca por vía subcutánea y vigila continuamente la detección de arritmias cardíacas. Se utiliza sobre todo en personas con síncopes inexplicables y se emplea durante más tiempo que los registradores de eventos de bucle continuo. Las pruebas de electrofisiología permiten un análisis detallado del mecanismo subyacente de la arritmia cardíaca, así como del lugar de origen. Los estudios de EPS suelen estar indicados en aquellas personas con una alta probabilidad previa a la prueba de sufrir una arritmia grave. El nivel de evidencia de las técnicas de evaluación se basa en la opinión consensuada de los expertos.