El fútbol en Sudamérica está casi cerrado mientras el brote de Covid-19 se extiende por el continente, pero una estrella brasileña sigue dejando su huella en el juego. Ronaldinho, cuyo último partido profesional fue en 2015 con el Fluminese, marcó cinco goles este fin de semana y dio otras seis asistencias. Es cierto que lo hizo desde una cárcel paraguaya, pero esos detalles son triviales durante una crisis mundial.
Según informó por primera vez el diario paraguayo La Nación, Ronaldinho fue detenido en la capital del país, Asunción, el 6 de marzo. Él y su hermano habían utilizado supuestamente pasaportes y documentos de identidad paraguayos falsos, aunque su abogado sostiene que su cliente no sabía que los documentos eran falsos, ya que se los dio un patrocinador local.
Ronaldinho se encuentra ahora en una prisión de máxima seguridad. Allí comparte una celda, que «parece más bien un hotel», según el ministro del Interior de Paraguay, con su hermano Roberto de Assis Moreira. En el mismo bloque de celdas se encuentra un ex presidente de la Asociación de Fútbol de Paraguay, encarcelado por lavado de dinero.
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Los medios de comunicación sudamericanos y españoles acudieron a la noticia como turistas al Camp Nou, informando de todos los detalles posibles de la vida del ex astro del Barcelona en la cárcel. En un programa de radio local, el director dejó escapar algunos detalles: El preso número 194 se levanta a las ocho de la mañana, ha recibido la visita del ex jugador paraguayo Nelson Cuevas y es «tal y como se le ve en la televisión, siempre sonriente».
El director no quiso entrar en detalles sobre el tema más importante: La carrera futbolística de Ronaldinho en la cárcel. Aun así, los rumores volaron, especialmente después de que las autoridades denegaran su solicitud de arresto domiciliario y una fianza de 1,6 millones de dólares. Los medios locales informaron de que el jugador de 39 años había sido invitado a jugar por varios equipos en la cárcel, pero que en un principio se negó porque no tenía botas. Otros dijeron que se le pidió que jugara con la condición de que no se le permitiera puntuar en el torneo, en el que el trofeo era un cerdo asado de 16 kg.
Sin embargo, pocos días después tuvimos la verdad. Fotos y vídeos filtrados desde la cárcel mostraban al ganador del Balón de Oro 2005 devolviendo la magia a su nuevo equipo, el Negro Cumbiero. Ataviado con un chaleco, botas negras y bañador, Ronaldinho participó en todos los goles de la victoria por 11-2 de su equipo (el partido era en realidad de fútbol sala y no de fútbol) y regaló a sus compañeros de prisión una asistencia de tacón sin miramientos.
🇧🇷 Ronaldinho está jugando al fútbol en la cárcel y dirige el espectáculo haciendo algunos trucos y piruetas. Esto es como la calle FIFA en la vida real. 😲 pic.twitter.com/8tmXlgaW46
– FutbolBible (@FutbolBible) 14 de marzo de 2020
Pero aunque las viejas habilidades están ahí, la sensación persistente al ver los vídeos es de melancolía por un hombre que una vez engalanó algunos de los escenarios más grandes del fútbol. Ronaldinho cumple 40 años este mes, y es probable que celebre su cumpleaños entre rejas. Es un sentimiento que comparte su compañero de equipo en el Mundial de 2002, Rivaldo: «Estoy triste por lo que le está pasando a mi amigo. No se lo merece», dijo.
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