Su pregunta es muy oportuna. Acabo de conocer los emocionantes resultados de un estudio de siete años financiado por los Institutos Nacionales de Salud sobre el uso del hongo cola de pavo (Trametes versicolor) para potenciar la inmunidad en mujeres que habían sido tratadas de cáncer de mama. (El nombre del hongo proviene de su forma y colores únicos, que lo asemejan a la cola de un pavo salvaje). Investigadores de la Universidad de Minnesota y de la Universidad de Bastyr realizaron el estudio en mujeres con cáncer de mama en estadios I-III que habían completado la radioterapia o la quimioterapia. Los resultados mostraron que la función inmunitaria mejoró en las mujeres que tomaron dosis diarias de cola de pavo en forma de píldora. (El producto real utilizado en el estudio fue el hongo Host Defense Turkey Tail de Fungi Perfecti). Los investigadores informaron de que la mejora de la respuesta inmunitaria dependía de la dosis y que ninguno de los sujetos sufrió efectos adversos. Los resultados se comunicaron en noviembre de 2010, en la Conferencia Internacional de la Sociedad de Oncología Integral en Nueva York.
No sabemos exactamente cómo funcionó el producto de cola de pavo utilizado en este ensayo para aumentar la inmunidad. Paul Stamets, director de investigación y fundador de Fungi Perfecti, dijo que una teoría sostiene que el hongo mejora la capacidad de las células asesinas naturales del sistema inmunitario para atacar las células cancerosas. La siguiente fase de este estudio en curso consistirá en evaluar los efectos de esta mejora de la inmunidad en la supervivencia de los pacientes.
Los resultados obtenidos hasta ahora son muy buenas noticias, justo lo que los médicos que tratan el cáncer han estado buscando: una terapia no tóxica para reforzar la función inmunitaria, que suele estar deprimida por la quimioterapia y la radioterapia. Llevo mucho tiempo recomendando los hongos medicinales para reforzar las defensas del organismo en las personas con cáncer.
Otras tres especies de hongos, el maitake, el reishi y el Agaricus blazei, son conocidos por sus efectos potenciadores del sistema inmunitario y anticancerígenos. El maitake (Grifola frondosa) es un hongo comestible conocido en Estados Unidos como «gallina de los bosques» porque se parece a las plumas de la cola esponjadas de una gallina que anida. Además de sus propiedades anticancerígenas, antivirales y de mejora del sistema inmunitario, el maitake también puede reducir la presión arterial y el azúcar en sangre. El reishi (Ganoderma lucidum), demasiado amargo y leñoso para consumirlo como alimento, está ampliamente disponible en bolsas de té, cápsulas y como extractos líquidos. Los estudios en animales han demostrado que el reishi mejora la función inmunitaria e inhibe el crecimiento de algunos tumores malignos; también es un agente antiinflamatorio natural. El Agaricus blazei contiene betaglucanos, un grupo de polisacáridos (azúcares complejos) que se cree que son los compuestos responsables de sus efectos de refuerzo inmunitario. Las investigaciones también han demostrado que el Agaricus blazei tiene actividad antitumoral y antiviral, así como efectos moderadores sobre el azúcar y el colesterol en sangre.
Andrew Weil, M.D.
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