En las raras noches en las que se mete en la cama a una hora decente, mira fijamente al techo, con los ojos muy abiertos, la mente acelerada, con una buena noche de sueño que se siente más como un sueño lejano con cada segundo que pasa.
No está solo. Según la Fundación Nacional del Sueño, un tercio de todos los adultos estadounidenses dicen experimentar un síntoma de insomnio por noche. Y alrededor del 10 por ciento de las personas sufren de insomnio crónico, lo que significa que les resulta difícil dormir lo suficiente al menos tres noches a la semana, durante al menos tres meses.
Aunque algunos medicamentos y problemas de salud como la depresión y el hipertiroidismo pueden causar insomnio, la ansiedad de una persona, el estrés, la dieta y la edad también son factores.
Si usted experimenta insomnio frecuente, probablemente ya ha intentado lo básico, como reducir la cafeína y el alcohol. Tal vez también haya recurrido a los medicamentos, colchones y almohadas de lujo, máquinas de ruido blanco y otros remedios que conforman los 41.000 millones de dólares que los estadounidenses gastaron en ayudas y remedios para dormir en 2015, según un informe de BCC Research. Pero, comprensiblemente, puede desconfiar de los fármacos.
Los medicamentos para dormir, que son más útiles para el insomnio a corto plazo, requieren cierta precaución, porque pueden provocar resacas al día siguiente o, peor aún, llevarle a comer, deambular e incluso conducir mientras está dormido, sin recordar que ha comido, deambulado o conducido. La FDA sugiere que si toma Ambien, en particular, y en determinadas dosis, no debería conducir al día siguiente ni participar en otras actividades que requieran que esté completamente despierto, ya que el fármaco puede permanecer en su sistema a niveles que pueden afectar a su funcionamiento.
Pero hay remedios naturales para el sueño -como los cambios en el estilo de vida- a los que puede recurrir que son seguros y eficaces. Y los expertos dicen que las modificaciones del comportamiento son la mejor estrategia, aunque puedan tardar en tener efectos duraderos.
Según el Centro Nacional de Salud Complementaria e Integrativa, las investigaciones han demostrado que la reducción del estrés basada en la atención plena y otras técnicas de relajación, como la relajación asistida por música, pueden ser beneficiosas. También se ha demostrado que la terapia cognitiva conductual (o TCC) ayuda: un estudio publicado en noviembre de 2017 en la revista Sleep que siguió a más de 500 mujeres con insomnio encontró que la TCC fue significativamente más efectiva que otros tratamientos, incluidos los medicamentos o incluso el yoga.
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